_
_
_
_
_

Acuerdo entre el Gobierno colombiano y las FARC para liberar prisioneros

Intercambio de 142 soldados por 15 guerrilleros

'Llegar a acuerdos es posible; construir la paz es posible', dijo, lleno de optimismo, el Alto Comisionado de Paz, Camilo Gómez, luego de firmar el primer compromiso entre ambas partes tras dos años y cuatro meses de negociación. 'Conforme hemos llegado a este acuerdo, podemos llegar a un segundo y a un tercero, hasta que logremos lo que estamos anhelando todos los colombianos', dijo, también optimista, el líder rebelde Manuel Marulanda, Tirofijo, luego de que dos de sus hombres, Jorge Briceño, el Mono Jojoy, y Joaquín Gómez, firmaran en nombre de la organización guerrillera más vieja y numerosa del país.

Para muchos, incluido el presidente Andrés Pastrana, el acuerdo, inspirado en las normas del derecho internacional humanitario, es 'trascendental', pues por primera vez las FARC aceptan las normas humanitarias -en este caso, las que tienen que ver con detenidos enfermos-, que siempre se habían negado a adoptar.

Para los expertos en derecho internacional humanitario, a partir de ahora a las FARC les será muy difícil negarse a tratar los temas humanitarios. Como gesto 'de buena voluntad' y de manera unilateral, esta organización liberará, además de los 42 enfermos, al menos a l00 uniformados más.

El primero en recobrar su libertad será el coronel de la policía Álvaro Acosta, un hombre de 40 años que se había convertido en el símbolo de este acuerdo. Su helicóptero fue derribado por la guerrilla hace ya un año largo y desde entonces permanece retenido sin poder recibir asistencia médica, a pesar de estar prácticamente paralizado. Según el presidente Pastrana, antes del martes será liberado.

Luego volverán a casa los otros 41 soldados enfermos y los 15 guerrilleros en la misma situación también saldrán de prisión, acompañados por la Cruz Roja Internacional. 'Dada su condición de enfermos', señala el acuerdo, ninguno de ellos 'participará en el futuro en actos de hostilidad'. No habrá amnistía ni indulto para ellos y los procesos continuarán vigentes.

Quince días después, al menos cien de los policías y soldados que las FARC mantienen en barracas de madera cercadas con alambres de púas volverán a sus casas. Aunque no se conocen aún los nombres de los beneficiados, sus familias, que en estos largos años de dolor se han asociado y han participado con las fotos de sus hijos impresas en camisetas en marchas y protestas, recibieron la noticia con lágrimas de felicidad: 'Internamente, en mi corazón, estoy muy contento', dijo Luis Pachón, padre de un policía secuestrado en 1998.

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

El acuerdo se logró luego de un largo tira y afloja entre las partes. Desde el comienzo del proceso, Tirofijo había planteado el canje como algo prioritario. 'De eso se encarga mi persona', dijo varias veces. Lo que pretendían eran una ley de canje permanente. Luego de debates jurídicos, de intentos fallidos de sacar adelante una ley en el Congreso, todo derivó hacia el intercambio humanitario.

Dos grandes temores señalaron siempre sus más decididos críticos, entre ellos las Fuerzas Armadas colombianas: que diera status de beligerancia a las FARC y que guerrilleros acusados de delitos atroces salieran de prisión . Según el documento suscrito el sábado, ninguna de estas dos cosas ocurrirá. De lado y lado, las partes cedieron: las FARC buscaban la libertad de sus 487 detenidos; el Gobierno, la libertad de sus 500 hombres y la de todos los secuestrados civiles. Pero este acuerdo es el primer paso efectivo y, como opinaron muchos ayer, 'oxigenará' un proceso que ha marchado en el entredicho.

De izquierda a derecha, el comisionado Camilo Gómez y los <i>comandantes</i> Tirofijo, Briceño y Reyes.
De izquierda a derecha, el comisionado Camilo Gómez y los comandantes Tirofijo, Briceño y Reyes.REUTERS

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_