El 7% de las aguas residuales vertidas por emisarios submarinos llega al mar sin depurar
Las 349 plantas depuradoras construidas en la Comunidad Valenciana limpian al año hasta 363 hectómetros cúbicos de agua. Y según Pedro Simón, gerente de la Entitat de Sanejament d'Aigües de la Generalitat, sólo existen actualmente cinco puntos de vertido al mar con tratamiento insuficiente, que envían al mar 7,8 hectómetros. En estos casos, sólo se hace un pretratamiento para eliminar grasas, materia en suspensión y arenas. Es decir, menos del 2% de las aguas controladas por la empresa pública llegan al mar con una calidad insuficiente. Otra cosa es que aún hay pequeños municipios (de menos de 500 habitantes), pedanías y urbanizaciones aisladas que vierten sin depurar sus aguas residuales a ríos valencianos. Problema que la entidad abordará en sucesivos planes.
Los puntos más sucios de la costa valenciana se hallan en el norte de Castellón. Vinarós vierte actualmente 1,8 hectómetros cúbicos de aguas residuales, y el problema no se solucionará hasta que se construya la estación depuradora que se está a punto de licitar por 1.300 millones de pesetas. Para Benicarló y Peñíscola, que envían al mar 1,8 y 2,5 hectómetros de agua sucia, se prevé sacar antes de agosto a información pública sus respectivas plantas depuradoras. Para Alcossebre se está proyectando otra planta capaz de tratar 0,5 hectómetros. Y ya en la provincia de Valencia, se estudia una depuradora que limpie hasta 1,2 hectómetros, los que ahora vierte Canet d'En Berenguer.
Aparte de estos cinco emisarios, la Entidad de Saneamiento ya ha anulado otros seis. En El Saler, 0,82 hectómetros de aguas depuradas se reutilizan totalmente. En Cullera, se ha anulado el emisario tras cambiar de ubicación la depuradora, que ahora vierte al río Júcar. En Xàbia, las aguas del emisario de La Grava, ahora sólo usado para aguas pluviales, se tratan en la depuradora de la localidad.
Por último, en Alicante, las aguas que antes lanzaba el emisario de Urbanova llegan a la depuradora del Rincón del León; las del Postiguet se conectan tanto con esta planta como con la de Monte Orgegia, a punto de ser ampliada. El emisario de El Palmeral, al sur de la ciudad, también se ha restringido a aliviadero de aguas pluviales.
Entre el resto de emisarios (otros 14) hay siete casos en los que la Generalitat está muy satisfecha de la calidad de los vertidos. Ahí se encuadrán Torreblanca, que vierte al mar 0,4 hectómetros cúbicos al año; Benicàssim (2,3); Gandia, cuya depuradora nueva vierte 7,1 hectómetros; Dènia (3,9), con una calidad del agua 'buenísima', ya que hasta recibe tratamiento con rayos ultravioleta, aunque no hay solución para su exceso de salinidad; Moraira (0,4) que con sólo un tratamiento físico químico presenta una calidad 'más que suficiente'; Xàbia (0,9); y Calpe, que vierte 1,7 hectómetros con una calidad tan 'perfecta' que el ayuntamiento estudia la manera de reutilizarlos.
Por último hay otros siete casos en los que la Entitat de Sanejament tiene previsto hacer mejoras. En esa situación se halla Oropesa, donde se prevé una ampliación de su depuradora, que vierte por emisario submarino 0,8 hectómetros cúbicos de aguas residuales al año. O el emisario de Oliva, donde el II Plan Director de Saneamiento prevé otra ampliación de la estación depuradora (1,3 hectómetros). Para la conducción submarina de L'Horta Nord, que vierte 8 hectómetros, la depuradora físico-química existente es casi suficiente, pero se prevé una ampliación con tratamiento biológico y terciario (para eliminar los nitratos y el fósforo).
En Alicante se ha previsto ampliar la depuradora de Monte Orgegia para mejorar la calidad de los 5,3 hectómetros que vierte el emisario de Albufereta. Y en la isla de Tabarca, con un volumen de sólo 0,03 hectómetros, se duda entre ampliar la estación depuradora existente para dar servicio al aluvión veraniego de turistas (la infraestructura sería excesivamente voluminosa) o conectarla con un emisario a la de Santa Pola.
Pero hay dos puntos del litoral esenciales para mejorar la calidad de las aguas. La ampliación con un coste de 7.000 millones de pesetas de la planta de Pinedo II, la mayor de la Comunidad con un volumen de 58,8 hectómetros, y la de la depuradora de Castellón, con 10,2 hectómetros, permitirá reutilizar para el regadío otros 70 hectómetros que ahora se vierten al mar. En dos años, sólo se desperdiciarán en el Mediterráneo un máximo de 40 hectómetros, que se reducirán paulatinamente a medida que los municipios afectados implanten medidas de reaprovechamiento.
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