La inauguración del Museo Pau Casals se reviste de acto de afirmación catalanista

Pujol sólo retornó al castellano para agradecer la presencia de los Reyes en el acto y finalmente para asegurar que 'los pueblos viven de los hombres y de los recuerdos de hombres como Pau Casals'.

Pujol no estuvo solo en la defensa de la lengua y la cultura catalanas ante don Juan Carlos y doña Sofía. El primero en glosarlas fue el abad de Montserrat, Josep Maria Solé, que repitió el discurso que Casals realizó ante las Naciones Unidas en 1973: 'Soy catalán, Cataluña tuvo el primer Parlamento democrático y aún ahora el alma de mi país está en el Cant dels ocells'. El alcalde de El Vendrell, Benet Jané (CiU), tampoco se arredró y rememoró 'los años de oscuridad de Cataluña como país y como lengua', y la defensa que de ellos hizo el catalán más universal. Ni siquiera la lectura de un comunicado del secretario general de las Nacions Unidas, Kofi Annan, se desvió de la línea trazada por sus predecesores. La representante de la ONU, Silvia Fuhrman, sólo pronunció en una ocasión la palabra España: para asociarla a la guerra civil. Y se refirió también a la enorme estima de Casals por Cartaluña.

Pese a la oposición que había desatado la visita de los Reyes en El Vendrell, la jornada se desarrolló sin incidentes.

Seis grupos folclóricos de la localidad anunciaron que no acudirían a la concentración festiva de la inauguración por el carácter republicano de Pau Casals. En un comunicado, esos grupos lamentaron 'el exilio forzado por gente que ha dejado una mala herencia, una ideología que han recogido los redactores del discurso leído por el Rey en el acto de entrega del Premio Cervantes'. Don Juan Carlos y doña Sofía visitaron las dependencias del museo y asistieron a diversas representaciones musicales acompañados por el presidente y los consejeros de la Generalitat; el ministro de Asuntos Exteriores, Josep Piqué; representantes de la ONU, y discípulos de Casals, entre ellos el propio Mstislav Rostropóvich (que se fundió en un abrazo con el Monarca), Marta Montáñez, viuda del compositor, y Montserrat Caballé. Finalmente contemplaron una actuación castellera y sardanista.