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SOCIEDAD DE LA INFORMACIÓN

El segundo plan de modernización se presenta con seis meses de retraso y sin financiación clara

El primer plan de modernización de la Administración Pública preveía una inversión de 10.000 millones de pesetas durante cuatro años para impulsar cuarenta proyectos. La doctrina oficial sostiene que se han satisfecho todos los objetivos y que muchos proyectos concretos, por su propia naturaleza, siguen vivos. Lo cierto es que más de la mitad de los proyectos previstos se han iniciado, una cifra que se puede considerar satisfactoria para tales estrategias, pero al menos una docena se han abandonado definitivamente. Sin embargo, desde el sector privado se denuncia que apenas un tercio de las previsiones del primer plan se han satisfecho a la vista de los concursos adjudicados.

José Joaquín Ripoll, vicepresidente del Consell, aludió a la 'aceleración' que entraña el progreso tecnológico. Y el presidente del Consell, presa de ese vértigo, anunció una inversión de 40.000 millones de pesetas para desarrollar los 90 proyectos previstos en el segundo plan de modernización.

El presupuesto de inversiones en telecomunicaciones y modernización de la vicepresidencia segunda del Consell prevé 2.000 millones de inversión para el presente ejercicio. Fuentes oficiales aclaran que la financiación del nuevo plan, como objetivo del Consell, es compartida entre todas las consejerías. Sanidad, por ejemplo, asumiría un 29% del coste. Pero el presupuesto de Sanidad para modernización en 2001 asciende a 1.570 millones para 'equipos y material informático'. Unas cifras que arrojan un máximo de 6.000 millones anuales en una lectura optimista.

Ripoll explicó que la Unión Europea aportará fondos para conectar a la red municipios dispersos, prevista en el proyecto Disemina, o para algunos proyectos destinados a minusválidos. Sobre el papel el plan resulta muy atractivo, pero adolece de entusiasmo presupuestario.

La única evaluación pública del primer plan de modernización, recogida en un informe del Alto Consejo Consultivo de la Generalitat para Ciencia y Tecnología, alertaba sobre el sorprendente descenso de la capacidad tecnológica de las empresas valencianas del sector en paralelo a la inversión pública en modernización. En primer lugar debido a 'la ausencia de programas de apoyo de I+D' orientados a las empresas locales y, en segundo lugar, porque el plan estaba 'demasiado centrado en el sector público'.

Al margen del diagnóstico oficial, la falta de renovación de los contenidos de proyectos como Infoville, diseñado en 1996, amenazan hoy su capacidad de competencia.

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