El ex rector compara su caso con el del socialista Demetrio Madrid

Gustavo Villapalos, eufórico y sonriente tras su absolución, arremetió ayer contra los socialistas que durante meses demandaban su dimisión por estar encausado, y en general contra todos aquellos políticos que exigen este tipo de medidas ignorando la presunción de inocencia. Para ello, Villapalos se sirvió del caso del socialista Demetrio Madrid, que fue presionado para dimitir en 1986 por el PP castellano-leonés, entonces dirigido por José María Aznar.

'Me siento intacto políticamente, rehabilitado, reivindicado, y me parece que el señor Demetrio Madrid -posición que sostengo- nunca debió ser apartado de su cargo en las Cortes de Castilla y León por una simple imputación. Me parece sorprendente que quienes defendieron eso en el PSOE defiendan lo contrario cuando se trata de una persona como yo, que además ni siquiera pertenezco al PP'. 'El señor Madrid', agregó Villapalos, 'nunca debió ser apartado de su cargo por una simple imputación, lo hiciera quien lo hiciera'.

El 29 de octubre de 1986, Demetrio Madrid dimitió como presidente de la Junta de Castilla y León, después de conocer la decisión de la Audiencia Territorial de Valladolid de procesarle por la venta supuestamente ilegal de Pekus, una empresa textil familiar. A la espera de juicio, tuvo que depositar una fianza de 15 millones.

Ese mismo día, José María Aznar, entonces líder del PP en la comunidad castellano-leonesa, había exigido vehementemente a Madrid: 'Le doy 24 horas para que dimita. Es impresentable que un presidente autonómico esté procesado'.

El 18 de diciembre de 1989, Madrid empezó a ser juzgado en elTribunal Superior de Justicia de Castilla y León, acusado de un presunto delito social. El 10 de enero de 1990, el tribunal le absolvió, al considerar que no había simulado la venta de su empresa. En marzo de 1993, el Supremo dictó sentencia definitiva exculpándole por completo.