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Tribuna:EL FUTURO URBANÍSTICO DE LA CIUDAD
Tribuna
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Madrid, villa olímpica

El autor critica el rumbo de las propuestas sobre la candidatura a los Juegos Olímpicos de 2012 y reclama que se aproveche la oportunidad para afrontar una profunda remodelación urbanística.

La posibilidad de organizar unos Juegos Olímpicos constituye una gran oportunidad que la ciudad de Madrid debe aprovechar. La apuesta olímpica implica oportunidades de prestigio internacional, de desarrollo económico, de creación de empleo, de mejora urbanística, de construcción de nuevas infraestructuras, de impulso tecnológico, de movilización colectiva y, por supuesto, de promoción de la cultura y el deporte.

Madrid es una de las pocas capitales de un gran país europeo que aún no ha albergado unos Juegos Olímpicos, y nuestro municipio cuenta con las características y potencialidades precisas para conformar una candidatura creíble y factible. Merece la pena, pues, intentarlo.

'No se está trabajando en la dirección adecuada para garantizar el éxito de la apuesta olímpica'

Si Madrid quiere ser sede olímpica deberá pasar, en breve, algunos exámenes, ante el Comité Olímpico Español primero y el Comité Olímpico Internacional después, en los que deberá probar, al menos, cuatro cuestiones: su disposición para generar consenso, ilusión y movilización 'olímpica' entre la ciudadanía; su capacidad para organizar un evento de la magnitud y complejidad de unos Juegos; su potencialidad en materia de práctica deportiva, tanto de base como de competición, y su disponibilidad presente y futura para la planificación urbanística y la ejecución de las infraestructuras necesarias para albergar unos Juegos Olímpicos.

Nuestra opinión es que, al día de hoy, Madrid no está aún preparada para aprobar estos exámenes. Quienes rigen la ciudad no están trabajando en la dirección, con la eficacia y con los ritmos adecuados para garantizar el éxito de la apuesta olímpica de Madrid. No basta, como parece pensar el alcalde, con manifestar la voluntad de aspirar a la organización de los Juegos, ni con poner en marcha simples programas propagandísticos. No podemos esperar a obtener la nominación, como plantea también el alcalde, para empezar a trabajar. La nominación olímpica llegará si comenzamos a trabajar duro y desde ya en la movilización ciudadana, en el ámbito organizativo, en la promoción del deporte de base, en la construcción de infraestructuras (el Palau de Sant Jordi estaba en obras cuando Barcelona obtuvo la nominación).

En primer lugar, es necesario definir una serie de objetivos de ciudad asociados a la apuesta olímpica. En Barcelona afirman que 'organizamos unos Juegos para hacer ciudad, y no hicimos una ciudad para albergar unos Juegos'. Barcelona 92 sirvió para abrir el municipio al mar, para resolver sus problemas de comunicación interna mediante la construcción de las 'rondas' y para rehabilitar algunas zonas industriales y residenciales degradadas. Madrid tiene que encontrar sus propios retos de ciudad que afrontar en esta carrera olímpica. Nosotros proponemos que Madrid aproveche los Juegos Olímpicos para afrontar una profunda transformación urbanística que contribuya a solucionar de manera definitiva sus problemas de movilidad, la rehabilitación y embellecimiento de sus zonas más degradadas (el centro histórico, por ejemplo) y las dificultades de acceso a una vivienda digna (se pueden construir muchas viviendas con finalidad social en una villa olímpica). Los Juegos deben servir también para situar de una vez a Madrid en el circuito de las grandes ciudades del mundo, para abrir la ciudad a las posibilidades del impulso tecnológico (en la comunicación, en la organización del trabajo, en los servicios a la ciudadanía) y para implicar a sus vecinos y vecinas, especialmente los más jóvenes, en un esfuerzo común de ciudadanía. Organizar unos Juegos Olímpicos no consiste sólo en albergar 15 días de competiciones. Hagamos unos Juegos para transformar esta ciudad, afrontando retos ilusionantes de futuro.

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Es urgente también generar un amplio consenso social, político y ciudadano en torno a esta apuesta. Para ello es necesario implicar a los protagonistas de la ciudad en todos sus ámbitos y sectores. Los socialistas de Madrid hemos iniciado una ronda de contactos con sindicatos, empresarios, asociaciones de vecinos, juveniles, culturales, medios de comunicación, clubes y federaciones deportivas, etcétera, a fin de compartir con toda la ciudad esta empresa colectiva, recoger sus impresiones, ideas, alternativas y obtener el compromiso de todos en su desarrollo.

En Barcelona lograron registrar a más de 100.000 voluntarios olímpicos en apenas dos semanas. Al final del proceso de selección y formación quedaron cerca de 35.000 voluntarios para colaborar en el proceso de los Juegos. Con este magnífico programa lograron convencer al COI de que detrás de su candidatura había una ciudad entera comprometida y lograron además generar un tejido de agentes solidarios que todavía funciona en tareas sociales, en eventos deportivos, en proyectos colectivos de ciudad. Pongamos en marcha en Madrid un programa de voluntarios olímpicos, motivémoslos, formémoslos, y además de contar con una significativa carta de presentación ante el COE y el COI tendremos un importante instrumento de solidaridad y convivencia ciudadana.

Madrid necesita igualmente potenciar la actividad deportiva en su propio ámbito para que la apuesta olímpica sea creíble. Es preciso impulsar decididamente el deporte de base en Madrid, con más y mejores infraestructuras, con una mejor organización y con un tejido asociativo potente. Todavía estamos 'en mantillas' en este sentido. Mientras en Barcelona el 20% de sus habitantes están abonados a algún club, federación o asociación deportiva, aquí las exiguas ayudas municipales al sector (unos 15 millones de pesetas anuales) obstaculizan gravemente su desarrollo.

Es fundamental, desde luego, contar con una planificación adecuada en los aspectos urbanísticos, de infraestructuras, de comunicaciones y financieros para avalar nuestra candidatura. En el año 1982, apenas unos meses después de proclamar su aspiración olímpica, Barcelona ya tenía prácticamente definidas sus cuatro áreas olímpicas, había cuantificado las inversiones necesarias (más de 1,1 billones de pesetas) y había 'repartido' la responsabilidad de los esfuerzos (un tercio la ciudad, un tercio la Comunidad Autónoma y otro tercio la iniciativa privada). En Madrid todavía no sabemos si utilizaremos La Peineta, si habrá pabellón olímpico en la ciudad deportiva de la Castellana o si tendremos remo en el parque del Manzanares. Y el alcalde cuantifica la necesidad inversora en 300.000 millones de pesetas. ¿Por qué necesitaremos nosotros menos de la tercera parte del dinero que utilizaron en Barcelona 92? Sobra improvisación y falta trabajo riguroso.

Necesitamos finalmente una estructura administrativa, de dirección y de gestión centralizada, estable, flexible y eficaz. En la actualidad, las tareas relacionadas con la candidatura olímpica de Madrid se realizan, bien a través de la Fundación Nuevo Siglo, bien en Gerencia de Urbanismo, en la Empresa Municipal del Suelo, un organismo municipal, con participación de todos los grupos políticos, en el Área de Cultura del Ayuntamiento o en la recién creada Oficina Ejecutiva Madrid 2012. Es preciso crear cuanto antes una Oficina Olímpica que centralice tanto la planificación de las tareas como las decisiones a adoptar, y que aporte eficacia y credibilidad a esta apuesta (el 'culebrón' del 'logo' olímpico ha sido esperpéntico). Es urgente también recabar el apoyo de otras ciudades, especialmente los municipios de nuestra área metropolitana, para aportar solidez a la candidatura.

En definitiva, ésta es una apuesta muy importante para Madrid. Es también una apuesta factible de alcanzar. Con trabajo, con rigor, con ilusión y el compromiso de todos. En ello estamos.

Rafael Simancas es secretario general de la FSM-PSOE.

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