Redondo cierra la etapa de enfrentamiento con Ibarretxe y anuncia una oposición 'flexible'
El líder del PSE asegura que no pedirá a los nacionalistas que renuncien a su proyecto político
Tras entrevistarse durante dos horas con el lehendakari en funciones, Redondo anunció una oposición 'constructiva y flexible' aunque desde la 'firmeza' en la defensa de la libertad y de la igualdad para todos los ciudadanos. Pero los tonos y el lenguaje empleados ayer por el secretario general del PSE tras la reunión fueron radicalmente diferentes a los que presidieron las tempestuosas relaciones entre el Ejecutivo y la oposición en la recta final de la anterior legislatura. De alguna manera, este borrón y cuenta nueva es también un aviso para el PP por si esta formación está tentada de no reconocer los resultados de los comicios vascos y persistir en su política obstruccionista. 'Se ha terminado un periodo del que no puede estar satisfecho nadie', dijo.
De esta manera, los socialistas han dado cerrojazo a esa oposición sin cuartel que puso contra las cuerdas a Ibarretxe y forzó el adelanto electoral. Redondo, que acudió a la entrevista acompañado del número dos del PSE-EE, Jesús Egiguren, habló siempre en tono positivo de la futura colaboración con los nacionalistas y el resto de partidos. 'Crear espacios de comunicación y convivencia', 'superar la incomunicación política', no convertirse en 'un frontón', 'oposición sin apriorismos' y conceptos similares fueron utilizados con profusión por el líder del PSE en su comparecencia ante los medios. En definitiva, una 'política en mayúsculas', ajena a cualquier interés en el reparto de las consejerías. Pero este nuevo lenguaje no supone un cheque en blanco ni desdecirse de lo defendido durante la campaña, según se apresuró a apuntar Redondo. El PSE, que hoy reúne a su Comité Nacional en Bilbao, esperará a escuchar 'las iniciativas' que desgranará Ibarretxe en su discurso de investidura para decidir si mantiene su oposición a apoyar al candidato del PNV-EA o finalmente se abstiene.
Mientras tanto, los socialistas mantienen el Pacto de Estado por las Libertades y contra ETA -que el lehendakari en funciones quiere dar por superado, al igual que el Acuerdo de Lizarra- y trabajará 'con buena voluntad' para lograr el objetivo prioritario: recuperar cuanto antes la unidad democrática para acabar con ETA. Los socialistas apoyarán, además, una profundización consensuada del desarrollo estatutario desde el respeto a las reglas de juego.
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