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Un 'punto negro' de la carretera C-63 acumula 150 accidentes en ocho años

Tres coches se estrellaron el martes en una curva entre Olot y Anglès

El martes, en Les Planes, una movilización espontánea, surgida de la indignación vecinal, tomó la carretera y la mantuvo cortada duarante cuatro horas para exigir soluciones. Este y otros casos recientes ilustran sobre los puntos negros en las redes viarias catalanas capaces de mover a la acción a los vecinos, que ven con rabia e impotencia que una curva demasiado cerrada o un firme en mal estado desencadena una y otra vez el mismo tipo de accidente y causa nuevas víctimas, informa Gerard Bagué.

La curva del cementerio de Les Planes, de casi 90 grados y con el piso mojado, hizo derrapar sin consecuencias a los dos primeros vehículos. El tercero tuvo la mala fortuna de chocar frontalmente contra otro coche. El siniestro causó dos heridos graves. El pueblo se indignó y varios centenares de personas cortaron la carretera. La Delegación de la Generalitat en Girona ha prometido medidas urgentes y mañana mismo presentará un proyecto de reforma.

La desatención de la carretera N-II a su paso por el Alt Empordà mantiene también en pie de guerra a alcaldes y vecinos. Desde que en enero ocho alcaldes cortaron la carretera y denunciaron su abandono, han proliferado las acciones reivindicativas. Los ayuntamientos denuncian que hace 30 años que la Administración central no hace ninguna reforma.

Entre los accidentes más usuales de esta concurrida vía de salida hacia Francia, que soporta el paso diario de unos 7.000 camiones, se encuentra el riesgo de detenerse en una calzada estrecha para efectuar el giro a la izquierda. Su trazado, de curvas abiertas y escaso arcén, origina también choques frontales y salidas de vía.

Otras zonas negras en Girona son la variante de Santa Cristina d'Aro y la carretera entre Lloret y Blanes, ambas con un abundante tráfico de vehículos conducidos por jóvenes que frecuentan sus zonas lúdicas.

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Dudoso honor

Barcelona y Lleida tienen el dudoso honor de albergar el tramo con mayor número de accidente de la red catalana: los 30 kilómetros que separan Cervera e Igualada. Este tramo, por el que circulan cada día más de 25.000 vehículos, muchos de ellos camiones de gran tonelaje, hace ya ocho años que debía haberse transformado en autovía. Problemas técnicos y legales han retrasado la reforma de la peligrosa carretera, que presenta uno de los índices de mortalidad más elevados de España.

'¿Cuántas personas más deben morir para que se construya la autovía ?', se preguntan los familiares de las víctimas mientras el Ministerio de Fomento, responsable de la obra, incumple una y otra vez los plazos fijados para ello, informa Lluís Visa.

Otro tramo con altas tasas de siniestralidad es el Eix del Llobregat, donde en 1999 murieron 26 personas y hay 20 puntos negros. La autovía de L'Ametlla, entre Centelles y La Garriga, es otra de las vías conflictivas.

La provincia de Lleida tiene 40 puntos conflictivos. De todas las vías que surcan el territorio, las de mayor de siniestralidad son, además del tramo Cervera-Igualada, la C-1313, que va de Lleida a La Seu d'Urgell, especialmente en el tramo que bordea el pantano de Oliana; la N-230, entre Lleida y Francia por la Val d'Aran, y la N-260 en los accesos al túnel del Cadí.

En Tarragona, la N-340 está considerada en su totalidad una carretera de alta densidad. En los últimos años se han producido quejas vecinales ante la acumulación de accidentes. Es el caso de los vecinos de La Mora, en la ciudad de Tarragona, en vías de solución con la próxima entrada en servicio de la variante, informa Lali Cambra.

En la misma carretera, el acceso hacia la urbanización de Vila-fortuny (Cambrils) era una zona donde se producían numerosos incidentes. Con la construcción de una rotonda se ha intentado resolver el problema, aunque no sin cierta polémica después que la semana pasada un camión, que al parecer se incorporó a ella a velocidad excesiva, acabó empotrado en un restaurante y el conductor murió. Los vecinos de la zona denuncian la falta de señalización de la rotonda. Otro de los puntos negros en la ciudad de Tarragona es el cruce hacia el cementerio, pendiente de que el ministerio proceda a las expropiaciones para acondicionar los accesos.

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