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El Monasterio de San Isidoro, en obras desde 1989, cumple 700 años

Cultura anuncia su apertura para el 2001

Margot Molina

El monumento, que todavía conserva un importante conjunto medieval al que se añadieron edificios y obras del mejor barroco andaluz, ha estado siempre cerrado al público, salvo el periodo -entre 1956 y 1978- en el que volvió la comunidad de monjes cistercienses. Aunque Cultura todavía no ha desvelado cuál será el uso del edificio -antes de la Exposición Universal de 1992 se pensó en convertirlo en parador nacional y después se ha dicho que albergaría el Archivo General de Andalucía-, lo que sí adelanta es que el público podrá visitarlo a finales de este año.

'En el monasterio se han ido haciendo intervenciones puntuales, pero necesita un proyecto general y, además, un uso determinado para disponer de mantenimiento', comenta Teodoro Falcón, catedrático de Historia del Arte de la Universidad de Sevilla.

Falcón, que en 1996 escribió un fascículo sobre la historia del monasterio para la colección de Caja de San Fernando, ha ampliado ahora su estudio de este conjunto que ocupa 30.000 metros cuadrados en el municipio de Santiponce. El monumento pertenece a la Fundación Casa Álvarez de Toledo de la que la Junta de Andalucía tiene una cesión por 50 años.

La desamortización de Mendizábal, que acabó con muchos monasterios andaluces, hizo que esta finca que Alonso Pérez de Guzmán y su esposa María Alfonso Coronel donaron a los monjes cistercienses a cambio de que los enterraran en la iglesia, tuviera usos tan disparatados como el de cárcel de mujeres o fábrica de cerveza.

La comisión institucional para celebrar el séptimo centenario de San Isidoro del Campo ha organizado en el claustro de los Evangelistas un concierto del grupo Arte Factum, dedicado a la música medieval, y una conferencia de Teodoro Falcón. La comisión, integrada por el Ayuntamiento de Santiponce, la Fundación Casa Álvarez de Toledo, la Asociación Amigos del Monasterio y la Fundación Itálica, se ha propuesto dar a conocer el patrimonio que guarda el 'monumento cisterciense más meridional de Europa'.

Además de las tres fases de rehabilitación, dirigidas por los arquitectos Víctor Pérez Escolano y Antonio González Cordón, los 923 millones de pesetas que la Consejería de Cultura ha destinado para San Isidoro han servido para iniciar la restauración de las numerosas obras de arte que, a pesar de la desamortización en 1835, aún quedan en el monumento.

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'Con los últimos trabajos de consolidación de los frescos del siglo XV han aparecido nuevas pinturas murales que realizaron los reformistas en el techo. Son dragones y serpientes que la contrarreforma había tapado', comenta José Aguilar, miembro de la comisión.

El encargo del retablo a Martínez Montañés, uno de los conjuntos de arte sagrado más importantes del siglo XVII, obedece, según la fundación, a una reacción de los contrarreformistas para enfatizar sus ideas a través de las imágenes.

'La importancia histórica del monasterio se debe a un hecho que no ha sido constatado. Según la tradición, Guzmán El Bueno compró la finca y todo Santiponce porque en ella estaba el oratorio que, hasta el siglo XI, guardó los restos de San Isidoro. Los huesos del santo, que en el siglo VI fue arzobispo de Sevilla, se trasladaron en el siglo XI a León - se conservan en la colegiata que lleva su nombre- y nadie ha encontrado aún trazas del oratorio', aclara Falcón.

Aspecto del claustro de San Isidoro del Campo en 1997.
Aspecto del claustro de San Isidoro del Campo en 1997.PABLO JULIÁ

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Sobre la firma

Margot Molina
Ha desarrollado su carrera en El PAÍS, la mayor parte en la redacción de Andalucía a la que llegó en 1988. Especializada en Cultura, se ha ocupado también de Educación, Sociedad, Viajes y Gastronomía. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid. Ha publicado, entre otras, la guía de viajes 'Sevilla de cerca' de Lonely Planet.

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