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Aznar evita cualquier crítica al Gobierno de Putin para impulsar las relaciones con Rusia

El presidente ruso agradece la comprensión española sobre la guerra en Chechenia

'Creo que la posición española difiere muy poco de los enfoques que nos han presentado otros países de la Unión Europea. Aznar nos ha señalado que está preocupado por algunos aspectos humanitarios y entendemos esa preocupación. Pero sabemos que España entiende como nadie este conflicto porque tiene también el problema del terrorismo y en este sentido es más fácil dialogar con España que con los otros países, ya que los españoles lo sufren en su propia carne', dijo el presidente ruso durante la conferencia de prensa que ofreció con Aznar en el Kremlin.

El presidente español pasó por alto esta alusión arriesgada a supuestas similitudes entre problemas respectivos e insistió en la necesidad de desarrollar 'una relación privilegiada y estable' con un criterio realista. 'Tenemos muchas más oportunidades que problemas y hemos decidido aprovechar las oportunidades', dijo. Su anfitrión confirmó que 'el pragmatismo' es una constante en el interés español por Rusia.

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Vía libre para el Instituto Cervantes de Moscú

Ventajas fiscales

A lomos de esta realpolitik, el encuentro de ayer cabalgó con una ligereza impensable hace dos años, cuando Aznar vino a Moscú a ver a Borís Yeltsin y se encontró con la puerta del Kremlin cerrada. Otros detalles del interés de Putin por realzar la cordialidad de esta segunda visita son el empujón decisivo que dio ayer, con ventajas fiscales, a la apertura de un Instituto Cervantes en Moscú o el hecho de que su esposa, Ludmila Putina, acompañara a la esposa del presidente español, Ana Botella, a presenciar en el Teatro Bolshoi un desfile de moda española. Inicialmente se dijo que no podría hacerlo.

Como resultado concreto de la visita destaca, sin embargo, la firma del memorando de conversión de deuda en inversiones que, unido al acuerdo de doble imposición ya firmado y a la elevación del límite de cobertura de la Compañía Española del Seguro del Crédito a la Exportación (CESCE) desde 40 hasta 250 millones de dólares, pone el pilar de una base para el desarrollo de las relaciones económicas.

Otro pilar esencial, el acuerdo de protección recíproca de inversiones, deberá esperar hasta el segundo semestre de 2002, según dijo Aznar, cuando Putin visite Madrid. Antes, en la primera mitad del mismo año, el jefe del Ejecutivo español volverá a Moscú como presidente de la Unión Europea y en la segunda mitad de 2001 viajará a Madrid el primer ministro ruso, Mijaíl Kasianov.

El detallado programa de visitas pretende evitar que el compromiso de realizar una cumbre bilateral anual caiga en el olvido, como ocurrió después de 1991, cuando Felipe González y Mijaíl Gorbachov firmaron el primer Tratado de Amistad y Cooperación.

Programa ambicioso

Vladímir Putin explicó a unos 140 empresarios españoles y rusos reunidos ayer en Moscú por iniciativa de las cámaras de comercio respectivas sus planes de reforma de la Administración y de la Justicia, así como los efectos positivos de las reformas fiscal y aduanera que introdujo el año pasado. Dijo que los ingresos de la población aumentaron en un 24% y los del Estado en un 70%, lo que permitió pagar todos los salarios y pensiones pendientes. 'La palabra reforma ha dejado así de ser un insulto a la pobreza de muchos', dijo. Aznar calificó el programa de Putin de 'ambicioso'.

Hasta la rueda de prensa en el Kremlin llegó una pregunta sobre la conversación revelada por la prensa alemana entre el presidente de Estados Unidos, George Bush, y el canciller alemán, Gerhardt Schröder, en la que los mandatarios expresaban dudas sobre la gestión de Putin y hablaban de suspender la ayuda financiera mientras no se contenga la fuga de capitales de Rusia.

'Se trata de una información no oficial y no puedo darle un crédito completo', dijo el presidente ruso. 'Creo que su publicación es una provocación para meter cizaña entre la Unión Europea y Rusia'. Aznar, sentado a su lado, no comentó el tema.

José María Aznar y Vladímir Putin, durante la entrevista que mantuvieron ayer en Moscú.
José María Aznar y Vladímir Putin, durante la entrevista que mantuvieron ayer en Moscú.REUTERS

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