Las meningitis bacterianas empiezan a descender por primera vez en los países desarrollados
Las vacunas conjugadas consiguen dominar la infección más temida por los padres
Por primera vez, las meningitis bacterianas están empezando a descender en los países desarrollados, y todo gracias a las campañas de vacunación. Estos procesos causados por diferentes bacterias constituyen la infección pediátrica que más alarma social genera en las sociedades industrializadas y es también la más temida por ocho de cada diez padres, según una reciente encuesta española. El principal reto ante las meningitis es su prevención mediante vacunas conjugadas, que ofrecen mayor protección desde edades muy tempranas y un buen perfil de tolerancia.
Aunque también se ha avanzado de forma importante en su tratamiento, las meningitis producidas por bacterias, mucho más graves que las víricas siguen dejando secuelas en el 38% de los afectados y arrojan una mortalidad considerable.
No obstante, un fundado espíritu de optimismo flotaba entre los más de mil expertos de todo el mundo convocados en Madrid, en la IX Reunión de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (Seimc). En este encuentro, los especialistas admitieron que las meningitis bacterianas, particularmente la meningocócica, son 'la infección que más alarma social genera en los países desarrollados por expresarse generalmente en brotes, afectar preferentemente a los niños y causar importante morbimortalidad'.
Para Julio Casal, presidente de este reunión y jefe de Microbiología del Centro Nacional de Microbiología (CNM), estas infecciones 'podrán ser controladas en un futuro próximo por primera vez en la historia de las enfermedades infecciosas, al menos en los países desarrollados'.
Momento histórico
'Estamos en un momento histórico', dijo, 'en el control de los procesos meníngeos causados por bacterias, mucho más frecuentes y graves que las víricas. Por primera vez asistimos a un descenso de este grupo de infecciones, fundamentalmente pediátricas, y todo gracias a las vacunas, que están demostrando ser la única estrategia capaz de cambiar la evolución de los procesos meníngeos'.
Las meningitis bacterianas están producidas fundamentalmente por tres grupos de bacterias: Haemophilus influenzae tipo b (Hib), Neisseria meningitidis (meningococo) y Streptococcus pneumoniae (neumococo). Desde la inclusión en el calendario pediátrico vacunal español en 1997 de la inmunización frente a Hib (que era el segundo agente causal tras el meningococo), la meningitis por este microorganismos prácticamente ha desaparecido.
Las vacunas modernas se basan en la conjugación de los polisacáridos bacterianos con proteínas de distinta procedencia, para potenciar así su poder inmunogénico en los niños pequeños. A principios de los noventa surgió la vacuna conjugada anti-Hib; en 1999, la conjugada ante el meningococo C (incluida desde 1999 en el calendario del Reino Unido y desde el año pasado en el de España). También acaba de salir una vacuna conjugada heptavalente frente al neumococo, todavía no disponible en España.
En palabras de James Stuart, del laboratorio de Salud Pública de Gloucester (Reino Unido) y responsable de la campaña de inmunización con vacuna meningocócica en el país británico, 'se está vacunando a menores de 18 años, con unos excelentes resultados', ya publicados en The Lancet. Un análisis similar todavía no ha podido realizarse en España, ya que este tipo de inmunización se inició el otoño pasado y únicamente en los menores de seis años. De todas formas, la situación en España es diferente a la del Reino Unido, al haberse realizado una campaña hasta los 19 años en 1997.
Para 2005 estará disponible la vacuna conjugada frente al meningococo B, que causa una alta mortalidad. Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la meningitis meningocócica, que tiene un periodo de incubación de uno a tres días, causa entre 500.000 y 600.000 muertes al año y afecta sobre todo a lactantes y niños pequeños.
Brotes epidémicos
Los serogrupos A, B y C son responsables del 80% al 90% de los casos, mientras que el resto es producido por los serogrupos Y y W-135. El A es el que causa normalmente epidemias, sobre todo en África, Oriente Próximo y Sureste Asiático.
En España, la tasa actual de enfermedad meningocócica es de 3,5 por 100.000 habitantes y año, con una mortalidad del 5% al 7% para el serogrupo B y del 10% al 12% para el serogrupo C. La tasa media de mortalidad se sitúa entre 7% y el 18%. Un estudio de la Asociación Española de Pediatría (AEP) identifica al meningococo como el agente aislado en el 68% de las meningitis bacterianas con germen desconocido, por lo que constituye el cuadro meníngeo producido por bacterias más frecuente. Julio Vázquez, jefe del laboratorio de referencias de meningococos del CNM, señala que una de sus peculiaridades es que aparece en brotes epidémicos, para caer en un periodo interepidémico y manifestarse nuevamente como epidemia.
El Sistema de Información Microbiológica reconoce al neumococo como el otro agente implicado en el 7% de las meningitis bacterianas, con una tasa de letalidad superior al 14%. De hecho, la meningitis neumocócica es el más grave de los procesos meníngeos por bacterias. En España hay unos 150 casos al año.
Un mismo proceso con distintas caras
La gravedad y mortalidad de la meningitis (inflamación de las meninges o membranas que rodean el cerebro y la médula espinal) bacteriana dependen del microorganismo responsable, de la edad y del estado de salud, así como de la precocidad del diagnóstico y del tratamiento. Caracterizada por fiebre, vómitos, somnolencia e irritabilidad, y a veces convulsiones, la rigidez de nuca y el dolor de cabeza son más propios de los mayores de dos años. Aunque en los primeros momentos podría confundirse con un proceso gripal, conviene estar alerta ante la presencia de fiebre muy alta (más de 39 grados), que no cede con antitérmicos. Entre las secuelas se encuentran la pérdida parcial del oído (en un 10% de los casos), trastornos o retrasos del lenguaje (15%), retraso mental (un 10% con cociente inferior a 70), trastornos motores, convulsiones crónicas (del 2% al 8% de los afectados requiere medicación) y pérdida visual (del 2% al 4% de los niños). El primer paso para al diagnóstico es la sospecha clínica, advierte Pedro Fernández Viladrich, del hospital de Bellvitge (Barcelona). Un signo muy peculiar en la meningitis por meningococo, a juicio de este experto, es la presencia de petequias (hemorragias cutáneas en forma de puntos o manchas de color rojizo o violáceo). 'El proceder inmediato', explica, 'es practicar una punción lumbar para analizar el líquido cefalorraquídeo. En una media hora están los primeros resultados, que serán confirmados mediante cultivo al cabo de 24 o 48 horas y que nos permitirán emprender el tratamiento antibiótico más conveniente'. Según explica Antonio Gerrero, del hospital Juan Canalejo, de A Coruña, entre las personas con mayor riesgo están los neonatos y quienes están inmunodeprimidos o tienen factores predisponentes, como la neurocirugía.
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