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Cubadisco 2001 rinde homenaje a la trova y la música brasileña

La trova cubana -la tradicional y la nueva- y la buena música brasileña fueron los protagonistas de honor de la feria internacional Cubadisco 2001, que concluyó ayer en La Habana después de un maratón de 500 conciertos y descargas celebradas en 13 provincias de la isla. Clave fue la presentación de embrujo que oficiaron el jueves el pianista brasileño Ivan Lins y el cubano Chucho Valdés en el teatro Amadeo Roldán, así como la actuación a teatro lleno de Joan Manuel Serrat, el viernes, y la de Luis Eduardo Aute, el sábado; fueron las perlas de este quinto Cubadisco, una feria aún joven, pero que aspira a consolidarse como la más importante de América Latina, alternativa al Midem Latino.

De momento, Cubadisco es más un festival de música latina y una plataforma para promocionar la de Cuba que una auténtica feria comercial del disco. Sin embargo, la presencia estos días en La Habana de representantes de multinacionales como EMI y de pequeñas disqueras extranjeras -con músicos cubanos en su catálogo o a la caza nuevos talentos-, además de la asistencia de la plana mayor de la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE), institución que en los últimos años ha apostado fuerte por Cuba y ya tiene más de un millar de socios en la isla, muestran el interés que despierta la música cubana como negocio, sobre todo de cara al futuro.

Premios

Los pequeños sellos nacionales -Egrem, Unicornio, Bis Music, RTV Comercial- y algunos extranjeros acreditados en la isla compitieron en esta edición de Cubadisco con cerca de un centenar de discos de artistas cubanos en 28 categorías. El premio al mejor CD de música bailable fue para Baila conmigo, de Jose Luis Cortés, cerebro de NG La Banda. En la categoría de rock, el ganador fue Polito Ibáñez con Para no pensar, editado por el sello Unicornio.

Nubes, el último trabajo de Carlos Varela obtuvo dos premios, el de música pop y el de la crítica, mientras que Orishas, con A lo cubano, ganó el de pop fusión pese a que sus integrantes radican fuera de Cuba, todo un detalle. En jazz latino el vencedor fue Juan Manuel Ceruto con A Puerto Padre, y Descarga total, el último trabajo del talentoso jazzista Maraca, se llevó el de la categoría fusión. El guitarrista de Irakere, José Luis Chicoy, ganó con Tranquilo en la categoría de música instrumental. Y en música sinfónica el triunfo fue para el disco Clásicos cubanos, de la Orquesta Sinfónica Nacional, dirigida por Iván del Prado.

El concierto de Serrat, que arrasó en el Teatro Nacional, y los brasileños Ivan Lins, Ginga, Neis Lopes y del cuarteto Jobim Morenelbaum -del que forman parte Daniel y Paulo Jobim, hijo y nieto de Tom Jobim-, dieron un toque de nivel a un festival interesante, pero aún muy verde, que tiene su mejor activo en el talento y la calidad de la música y de los músicos cubanos.

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