Ánimo Gorka

Hay días en que me hierve la sangre de las manos y de los ojos: se trata de un acto inconsciente de solidaridad y mimetismo con alguien que no conozco pero con quien me identifico por el sufrimiento inmenso y la brutal e injustísima agresión que el fascismo ha perpetrado en él. No necesitamos sesudas lecturas para interpretar que atacar las manos y ojos de un periodista supone cerrarle de un bofetón explosivo el arma inteligente de la palabra y del análisis: es como cercenar las piernas a un atleta.

Nos infligirán todo el daño que puedan en inversa proporción a su inteligencia y sentimientos. Tratarán de ahogar en su inmundicia la libertad que nos hemos granjeado con no poco y arduo esfuerzo. E impúdicamente pervertirán, una vez más, el nombre de nuestro pueblo al albur de razones que ya nadie logra razonar. En fin Gorka, el martes pasado, como hace dos domingos, al igual que hace... fue un mal día para quienes sentimos verdadero daño y hervor de venas, para quienes seguimos creyendo que también tu palabra es necesaria, tanto en Zarautz como en Zamora; aquí sólo sobra la intolerancia y el totalitarismo. Un solidario saludo para tí y para quienes sufren en Euskal Herria la sinrazón de unos pocos.-