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Madrid recibe la primera retrospectiva en Europa de Adolph Gottlieb

El montaje de la Fundación March reúne 35 obras de 1929 a 1971

Las grandes telas de Adolph Gottlieb se han situado en el vestíbulo de la Fundación Juan March que da acceso a la sala donde se muestra el resto de la antológica del artista que, junto con Mark Rothko, estableció, en una carta publicada en The New York Times, los iniciales objetivos e intereses de los expresionistas abstractos, donde figuraban también Milton Avery y John Graham.

La selección de las obras de Gottlieb, de los fondos de la fundación que lleva su nombre, contiene 35 obras de todas sus etapas. El montaje, realizado por el pintor Gustavo Torner, arranca con Sala de espera del South Ferry, hacia 1929, para colocar a continuación piezas de los años treinta y cuarenta. Esta estapa registra su paso por Europa desde los 17 años, sobre todo en París y otras ciudades centroeuropeas, donde conoció las vanguardias históricas y recibió la influencia de Picasso y Léger. En 1923, regresó a Nueva York, donde conoció las nuevas tendencias expresionistas y expuso de forma habitual junto con otros artistas de su generación, como Rothko, Avery, Graham y Smith.

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El recorrido de la exposición y la unión de conjuntos sigue la evolución del pintor, con sus obras conocidas como pictografías de los años cuarenta, inspiradas en el arte tribal, y en las naturalezas no muertas, los paisajes imaginarios y los laberintos, de los años cincuenta. El montaje se centra en sus telas de estallidos de finales de los cincuenta, la imagen que se identifica con Gottlieb, aunque presenta también otras piezas de los sesenta y setenta.

José Capa, director de exposiciones de la Fundación Juan Mach, declara que Gottlieb fue 'la locomotora del expresionismo abstracto'. 'Dedicó una gran energía y tenacidad por el movimiento, con la ventaja de conocer de primera mano las vanguardias europeas'. Capa destaca la relación del artista con España, sobre todo en sus pictografías, con las influencias de Torres García y Joan Miró. Señala también el papel de la fundación neoyorquina, situada en el antiguo estudio del pintor en el Soho, 'muy activo y generoso' en la promoción y difusión de la obra de Gottlieb.

'El arte de Gottlieb', dice Sanford Hirsch en el catálogo, 'es un desafío'. 'Después de las revelaciones de horror y heroísmo debidas a la II Guerra Mundial, aceptar las realidades del espectro completo de la capacidad humana no es más que un reto. A medida que Gottlieb vio esas realidades, fue capaz de aceptar y presentar tanto lo extremo como lo banal como parte de un cambiante y evolutivo conjunto de experiencias. Su arte es un discurso complejo pero abierto con muchas lecciones aún por impartir a los artistas y espectadores que hacen el esfuerzo de verlas'.

Tres elementos (1964), de Adolph Gottlieb.
Tres elementos (1964), de Adolph Gottlieb.
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