La policía denuncia la creciente reducción de personal y de medios

Unas colas de inmigrantes en la calle de Los Madrazo (Madrid) que cada día dan la vuelta a la manzana para regularizar papeles; un coche bomba contra el magistrado Francisco Querol activado con un teléfono móvil; otro, contra Fernando Buesa, activado con un mando a distancia con una frecuencia superior a la de los inhibidores; dos agentes se caen por un barranco mientras investigaban a un coche en Euskadi porque su vehículo no llevaba faros de visión nocturna... Sólo son algunas de las situaciones que agentes cercanos a los hechos enumeran para mostrar la falta de personal y de medios que sufre hoy el Cuerpo Nacional de Policía.

'Estamos trabajando con medios del siglo pasado y somos cada vez menos', asegura José Manuel Sánchez Fornet, secretario general del SUP (Sindicato Unificado de Policía). Los sindicatos policiales han denunciado la situación reiteradamente y el pasado noviembre consiguieron sentar al ex ministro del Interior Jaime Mayor Oreja en una mesa de negociación. Incrementos salariales y revisión del sistema de provisión de puestos de trabajo son algunos de los puntos de las negociaciones que hasta hoy permanecen paralizadas, aunque ha habido cuatro encuentros, el último el pasado jueves. Los sindicatos ya amenazan con movilizaciones y paros si no se busca solución.

Lo cierto es que, hasta marzo de este año, la Dirección General de la Policía había contabilizado un total de 331.354 infracciones, 21.044 más que en el mismo periodo del año pasado, lo que supone un incremento de las infracciones del 6,78% en lo que va de año. Los datos relativos a la evolución de la criminalidad son desde hace años polémicos y contradictorios porque siempre son menores las cifras de delitos facilitadas por el Ministerio del Interior que las contabilizadas por la Fiscalía General del Estado. Sindicatos policiales y los grupos mayoritarios de la oposición acusan a Interior de manipular estadísticas para justificar el Plan Policía 2000 y mantener los complementos de productividad de sus agentes. Desde Interior se insiste en que cada organismo utiliza criterios distintos.

De un lado la falta de personal, de otro la falta de medios y como colofón un incremento de las infracciones. Todo ello afecta a la vida de policías como Lorenzo Nebreta, un madrileño de 36 años que ingresó en el Cuerpo Nacional de Policía hace 15. Acababa de terminar sus estudios de formación profesional y se preparó por libre la oposición de acceso a la policía. 'Entonces salieron algo más de mil plazas', recuerda. Después de pasar nueve meses en la escuela de formación de Ávila y otros tres meses de prácticas en Málaga, lo destinaron en Barcelona. Fueron cuatro años realizando actividades operativas y servicios de escolta, 'con un sueldo de 95.000 pesetas y compartiendo piso con otros compañeros', cuenta. Por aquella época se formaron las nuevas unidades de intervención (antidisturbios) y se apuntó a los cursos. La consecuencia fue inmediata: urgente para Madrid. Desde entonces pertenece a una de las dos unidades de intervención que hay en Madrid y ahora, cuando acaba de ser nombrado secretario general del SPPU (Sindicato Profesional de Policía Uniformada), se prepara el curso de ascenso a subinspector. 'Lo más probable es que me destinen a otro sitio, ocurre normalmente cuando se asciende de puesto. Iré a Cataluña, donde van casi el 70% de las promociones porque hay más vacantes. Este año somos 600 en el curso de promoción, aparte de los mil y pico que entrarán en la escala básica'.

Desde 1986, cuando se creó el Cuerpo Nacional de Policía, la oferta de empleo público para el colectivo ronda las mil plazas anuales. Los sindicatos lo achacan a cuestiones políticas y económicas, pero hay una razón materialmente imperiosa: en la escuela de Ávila (la única) no caben más.

La situación de la plantilla policial es ya crítica y las soluciones empiezan a ser desesperadas. En este momento hay un déficit de 6.000 agentes, reconocido por la Dirección General de la Policía. 'Interior está tratando de preparar a más policías por año y acaba de reducir el tiempo de formación teórica en Ávila (siete meses) para incrementar el tiempo de prácticas de los policías (11 meses), mientras negocia la oferta pública de empleo con Hacienda. Pero actualmente, la realidad es que hay menos policías en la calle y exceso de trabajo', concluye Fornet.