España quiere solucionar la disputa sobre los fondos antes de presidir la UE en 2002
A pesar de que el calendario europeo prescribe lo contrario, España quiere dejar solucionado el contencioso sobre las ayudas económicas de Bruselas -a partir de la ampliación- antes de que le llegue el turno de ocupar la presidencia de la Unión Europa, en el primer trimestre de 2002. 'Esperamos alcanzar un principio de acuerdo político durante la actual presidencia sueca, para llegar a una serie de propuestas durante la presidencia belga [segundo semestre de este año], de forma que cuando España asuma la presidencia, y se tenga que cerrar la política regional [de ayudas] a los países candidatos, este tema ya no esté encima de la mesa', aseguró ayer el ministro español de Exteriores, Josep Piqué, tras reunirse con su homóloga luxemburguesa, Lydie Polfer, que acompaña a los grandes duques Enrique y María Teresa en su primera visita oficial a España.
Piqué insistió en que en los 'próximos días' intentará intercambiar nuevas propuestas con los ministros de Exteriores de Alemania, Joschka Fischer, y Austria, Benita Ferreno-Waldner. Ambos países exigen una moratoria de hasta siete años para la libre circulación de personas de los países que se incorporen a la Unión a partir de 2006 o 2007, en tanto que España se muestra partidaria del libre tránsito de trabajadores desde el primer momento de la adhesión.
La ministra de Exteriores de Luxemburgo, un país acostumbrado a la mediación en los conflictos internos de los Quince, pronosticó que tanto Alemania como España podrán encontrar una solución a sus reivindicaciones mediante un sistema de 'periodos transitorios'. Polfer también advirtió, no obstante, de que los recursos financieros de la UE 'no son limitados'.
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