El secretario general de la OTAN advierte de que Macedonia está 'al borde del abismo'

De nuevo los representantes de la OTAN, George Robertson, y de la Unión Europea, Javier Solana, viajaron a Macedonia en un intento de frenar la crisis que padece el país. Desde hace cinco días, las fuerzas armadas macedonias combaten a la guerrilla albanesa del ELK con artillería y helicópteros en varios pueblos de la región de Kumanovo, situada unos 30 kilómetros al noreste de la capital Skopje.

Robertson y Solana se entrevistaron en Skopje con los dirigentes macedonios, a los que trataron de convencer de que no se declare el estado de guerra. El Gobierno de Macedonia estudia esta posibilidad para disponer de más posibilidades de combatir a la guerrilla. Esto preocupa a los representantes de la comunidad internacional que temen que el actual conflicto, hasta ahora localizado en el norte de Macedonia, degenere en una guerra civil generalizada totalmente con la apertura de nuevos frentes de combate.

Arben Xhaferi, dirigente del Partido Democrático de los albaneses (DPA), la principal fuerza política albanesa, que cuenta con cinco ministros en el gabinete, amenazó ayer con abandonar el Gobierno si se declara el estado de guerra. Xhaferi realizó estas declaraciones a la salida de su entrevista con Solana: 'Nos oponemos a la declaración del estado de guerra y rechazamos una militarización de la crisis'.

El Gobierno estudia desde el sábado la posibilidad de declarar el estado de guerra y se especula con la posibilidad de debatir hoy la medida en el parlamento. La política de la OTAN y la UE se orienta a conseguir una respuesta moderada de las autoridades macedonias y tratar de salvar el precario equilibrio que se mantiene con los partidos albaneses democáticos representados en el Gobierno y en el Parlamento.