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Crónica:33ª jornada de Liga | FÚTBOL
Crónica
Texto informativo con interpretación

El Deportivo no se engancha

Los gallegos sólo empatan en Vallecas y desaprovechan el tropezón del Madrid

José Sámano

Falto de fe y sin asumir más riesgos de los necesarios, el Deportivo desaprovechó una gran oportunidad de engancharse a la lucha por el título. Pilló un empate en Vallecas que apenas retuerce la clasificación y minimiza el patinazo del Madrid en Vigo. En un escenario encogido y con un árbitro un poco pasado de rosca -por ejemplo, pitó el final del primer tiempo cuando el balón volaba hacia el área de Molina-, el partido resultó mejor de lo esperado, repleto de muy buenos detalles técnicos. Consecuencia directa de que fueran jugadores como Cembranos y Valerón quienes coparan los sobresalientes. Sin embargo, al Deportivo no le alcanzó para hacer cosquillas al Madrid y el Rayo aún debe tragar saliva antes de celebrar la permanencia.

RAYO 1|DEPORTIVO 1

Rayo: Keller; Alcázar, Ballesteros, De Quintana, Mingo; Mauro, Helder, Quevedo, Iván Iglesias; Luis Cembranos; y Bolo (Bolic, m.70). Deportivo: Molina; Manuel Pablo, César, Helder, Romero; Emerson (Pandiani, m.60), Mauro Silva; Víctor (Scaloni, m.64), Valerón, Fran; y Makaay (Diego Tristán, m.88). Goles: 1-0. M. 56. Alcázar pasa desde su propio campo a Bolo, que ante la pasividad de los centrales del Depor supera a Molina con un gran toque. 1-1. M. 64. Magnífica pared entre Makaay y Valerón que resuelve éste ante Keller. Árbitro: López Nieto. Amonestó a Alcázar, Helder (Depor), Makaay, Emerson, César e Iván Iglesias. Unos 10.000 espectadores en Vallecas.

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Era una noche idónea para que el Depor diera vuelo a la Liga, pero al equipo, como ya es habitual fuera de Riazor, le faltó cierto remango para tumbar a un enemigo que lleva tiempo aturdido. Un tanto remolón, el equipo de Irureta dio vida al Rayo con sus numerosos errores en la defensa. La flojera de César y Helder, dos centrales repescados por las bajas de Naybet y Donato, tuvieron mucha culpa. Desatentos por alto y descoordinados al achicar, uno y otro dejaron sin amparo a Molina, que sufrió de lo lindo. Por arriba y a ras de suelo, con los enlaces entre Cembranos e Iván, que pared a pared desnudaron a la defensa rival en varios momentos.

Ante la palidez de la defensa gallega, al Rayo le valía cualquier cosa para amedrentar a Molina. Cuando no conectaban Luis e Ivan, que suman todo el talento rayista, al equipo le bastaba exprimir toda su sencillez. De esa guisa llegó el increíble gol de Bolo. Desde su propio campo, Alcázar largó un zapatazo hacia su delantero. Aparentemente, Bolo estaba emparedado por César y Helder, pero se dio un paseo entre los dos mirones y, eso sí, con un toque sutil superó a Molina.

Al fútbol directo del Rayo el Deportivo opuso un juego más trenzado, pero de escasa pegada. Con Makaay como única referencia en el ataque, los deportivistas se dejaron caer por las orillas, donde Fran y Víctor se vieron demasiado exigidos porque ninguno de los dos se distingue por tener una relación fluida con el gol. La inclinación de Makaay a descolgarse del área y cierta alergia de Valerón a pisarla, dejó huérfanos a los dos interiores. Sus galopadas no encontraban quien dinamitara a Keller y, casi sin querer, uno y otro se toparon con las mejores ocasiones de su equipo cuando el marcador aún estaba tieso. Fran falló lo imposible sobre la raya de portería y Víctor se estrelló contra el estadounidense en un mano a mano.

Con el gol en contra, Irureta decidió atornillar mejor al equipo en el ataque y dio el testigo a Pandiani, lo que complicó la vida a la zaga vallecana. El uruguayo se ancló en el área, sujetó a los centrales del Rayo y Makaay y Valerón, tan descolgados como al principio, entonces sí se convirtieron en un dolor de muelas. Mejor perfilado y con un ataque de pánico ante la adversidad del marcador, el Deportivo cargó con todo. Sobre todo, por el costado derecho, donde Manuel Pablo, un lateral interesantísimo, tan sobrado de combustible que Vallecas es como el pasillo de su casa, puso contra las cuerdas al Rayo. Sin embargo, guiños del fútbol, el empate se fabricó por la banda contraria. Romero advirtió el desenganche de Makaay en el balcón del área y el holandés interpretó magníficamente el movimiento de Valerón hacia Keller. Con un toque delicado, dejó solo al canario frente al estadounidense, al que évitó con mucha clase. Al Depor le quedaba tiempo, pero cuando el Rayo pone el candado... Además, hoy por hoy el campeón es poco atrevido, hace tiempo que ha perdido la fe. No importa que pinche el Madrid, es el propio Depor quien no se concede la esperanza.

Fran se lamenta de la clarísima ocasión que falló  en el primer tiempo.
Fran se lamenta de la clarísima ocasión que falló en el primer tiempo.MANUEL ESCALERA

Sobre la firma

José Sámano
Licenciado en Periodismo, se incorporó a EL PAÍS en 1990, diario en el que ha trabajado durante 25 años en la sección de Deportes, de la que fue Redactor Jefe entre 2006-2014 y 2018-2022. Ha cubierto seis Eurocopas, cuatro Mundiales y dos Juegos Olímpicos.

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