Indefinición en el mercado
La inversión apuesta por seguir la estela de Estados Unidos
Los mercados de valores europeos perfilan en estos días, aunque con numerosos altibajos, un movimiento lateral propio de las situaciones de indefinición, debidas en este momento a las persistentes dudas sobre la fortaleza de la economía de Estados Unidos y al empeño del BCE por mantener los tipos.
La Bolsa española ha perdido en esta semana el 0,70%, según el índice general de Madrid y el 0,95% en el Ibex 35, no sin sufrir algunos altibajos de cierta importancia que han tenido como causa principal una evolución similar de los mercados estadounidenses.
Los inversores concentran su atención en los datos que se van publicando sobre la economía de Estados Unidos, al tiempo que esperan impacientes una decisión del BCE que no parece vaya a producirse en los próximos días.
Si la semana anterior terminó con una subida provisional del PIB del 2% para el primer trimestre, que parecía acabar con las esperanzas de nuevos descensos de los tipos de interés, el pasado viernes se conocía la tasa de desempleo del mes de abril, que subió hasta el 4,5% desde el 4,3%, la cifra más alta desde octubre de 1998. En un primer momento el dato se valoró como lo que era, una mala noticia, pero inmediatamente después se corrigió esa postura al considerar los inversores que el incremento del desempleo ya ha sido valorado. Desde hace casi tres meses, las empresas acompañaron la publicación de sus resultados o la revisión a la baja de las expectativas de beneficios con el anuncio de despidos, lo que incluyó ese aspecto en las valoraciones que se hicieron entonces.
Respecto del BCE, las declaraciones de sus responsables van coincidiendo en la necesidad de atender a la estabilidad de los precios en primer lugar, lo que aleja la posibilidad de un próximo descenso de los tipos de interés. Los datos conocidos en estos días sólo han proporcionado una alegría, con el descenso del desempleo, pero bien mirado, incluso ese dato apunta hacia un mayor consumo y, por tanto, mayores presiones inflacionistas. La masa monetaria, con una subida del 5% en marzo, y los índices de confianza apuntan en esa misma dirección, lo que ha dejado a los inversores europeos pendientes casi exclusivamente de lo que sucede en Estados Unidos.
Las reuniones del BCE del día 10 y de la Reserva Federal el día 15, no parece que vayan a aportar novedades, ya que los responsables del BCE se han definido claramente y la FED esperará a ver el resultado de un descenso de dos puntos en los tipos de interés en un plazo de tres meses y medio.
En el ámbito interno, los inversores deberán pronunciarse sobre el IPC de abril, que se conocerá el día 11 y que recogerá la fuerte subida de los combustibles en ese mes. Las revisiones a la baja en las estimaciones de crecimiento, a nivel mundial, apenas han pasado factura a los mercados al entrar en una lógica ya asumida desde tiempo atrás, pero que tendrá efectos colaterales.
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