_
_
_
_
Reportaje:

Sucedió en la Feria de Abril

Las anécdotas ilustran una fiesta marcada por el frío, la amenaza de lluvia y la masificación

La Feria de Sevilla de 2001 ha recibido 10 millones de visitas. Al menos ésta era la previsión del Ayuntamiento el pasado domingo, cuando sólo faltaban horas para que se inaugurase la fiesta. Con todo, entendiendo que una visita es cada vez que alguien entra en la Feria (y los hay que han sumado más de entradas 10 en estos días), puede parecer que la previsión es algo exagerada.

Sí es cierto que la edición de este año ha visto pasar y pasear a mucha gente por sus calles y casetas, pese al frío y la lluvia. En cualquier caso, mucha gente se ha concentrado en Sevilla, sobre todo en el primer tramo de la semana.

El martes de feria, 1 de mayo, fue festivo en toda España. Y el miércoles, día 2, lo fue en Madrid. La coincidencia provocó un martes de colapsos, de atascos de tres y cuatro horas para llegar al recinto ferial, de aparcamientos públicos al 99% de ocupación.

El alcalde aboga por lograr un equilibrio entre afluencia y comodidad en el recinto
Más información
Teoría de la caseta
La soleá del aceite
La Feria es la pera
Apocalípticos de incógnito
Un intenso chaparrón pone fin a la Feria de Abril de Sevilla

También estuvo el martes repleto de madrileños, que cada vez son más y mejores feriantes. Cuentan de alguno que se lo pasó tan bien la noche del martes que se montó el miércoles en su AVE de vuelta a casa con una silla de enea al hombro como recuerdo.

Los hoteleros, que saben bien de dónde sale su beneficio, no quieren sin embargo que la feria coincida con el puente de mayo, pues ven cómo se solapan dos buenas ocasiones de hacer dinero. Ya lo advirtió el miércoles su presidente, Eugenio Agudo.

El alcalde de Sevilla, Alfredo Sánchez Monteseirín, pareció darles la razón y abogó el viernes por alcanzar el 'equilibrio' entre la afluencia de público a la Feria de Abril y la 'comodidad' en el recinto, para lo que indicó que habría que intentar que ésta no coincidiese con ninguna fiesta nacional, como lo hizo con el 1 de mayo.

Y es que el puente fue un lío. El mismo miércoles, festivo todavía en Madrid, un chaval batió los récords de estancia en la caseta de niños perdidos: permaneció allí cerca de siete horas mientras sus padres estaban 'tomando copas', según aseguró el delegado de Fiestas Mayores, Juan Ortega

Y cuando llegó el jueves, y parecía que la tranquilidad iba a conquistar la feria para satisfacción de los sevillanos, siguió el lío. Por la tarde cayó el diluvio. Y un madrileño, El Juli, interpretó el toreo anfibio en la Maestranza.

Las recepciones políticas se sucedieron durante el inicio de la semana. La presidenta del congreso, Luisa Fernanda Rudi, y los ministros Miguel Arias Cañete y Jaume Matas visitaron la feria. Juan Cotino, director general del Cuerpo Nacional de la Policía, vino de visita e invitó a un almuerzo el miércoles en el que dio fabada.

Uno de los últimos célebres en llegar, el viernes, fue José Bono, presidente de Castilla-La Mancha. Y lo hizo dando espectáculo. A eso de las 15.30, cuando las casetas empiezan a animarse para almorzar, uno de sus coches de escolta irrumpió por error en el recinto ferial, en la calle Ignacio Sánchez Mejías, al intentar entrar en el aparcamiento reservado a autoridades. El suceso provocó las protestas del público, ya que por la feria sólo pueden circular carruajes y caballos.

Por el resto de la ciudad, en cambio, sí que coinciden carruajes, caballos, coches y motos. Espectaculares son los atascos que se organizan a la entrada y la salida de los toros.

Y es que, hasta los coches de caballos hay que conducirlos con precaución. Y sin abusar del alcohol. Que si no, pasa lo que a un cochero que, el jueves a las diez de la noche, con evidentes síntomas de embriaguez, volcó el coche de caballos que conducía en Reyes Católicos. El peor parado fue el caballo, que resultó gravemente herido.

Así, después de tanto lío, se despide esta noche la primera feria del milenio. De aquí a la próxima, habrá que discutir si se declara festivo el viernes, si se deja venir a los madrileños, si se pueden conducir coches de caballos borracho o si hay que poner camas en la caseta de los niños perdidos, para mayor tranquilidad de los padres coperos.

En cualquier caso, una feria más para el recuerdo.

Dos parejas montadas a caballo durante la feria.
Dos parejas montadas a caballo durante la feria.GARCÍA CORDERO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_