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Reportaje:LAS FERIAS DE ABRIL | Las casetas

Teoría de la caseta

Teorema de Sánchez: feria = traslación + concentración X tiempo concreto

- Sucedió ayer. Prensa del día. Lleno en la Feria, a la que concurrió Rappel, a quién veo cada día, varias veces y con diferente mantón -por lo visto se ha traído el baúl de la Piquer-. A este paso, hará trizas el récord de vueltas al Real, anteriormente en posesión de seis yeguas cartujas que tiraban de un faetón GTI a cuyo lacayo se le olvidó desconectar el piloto automático. Estrellas del día: González de Caldas, expresi del Sevilla, que se paseó, me informan, con su novia, una señorita tan voluptuosa que con su presencia en el Real seguramente impidió la entrada de tres señoritas más. Teresa Campos se dejó ver en el recinto dando besos. Dentro de 3,1416 besos superará la marca de Teófila Martínez y Villalobos juntas. Los diarios, por otra parte, reproducen muchas fotos de niños y carritos de bebé en el Real. Algo que cuesta ver en la Feria de Barcelona. Incluso en Barcelona, una ciudad donde la natalidad, o es bajísima, o es que los bebés nacen con la PSS hecha. La carencia/presencia de bebés ilustra dos sociedades distintas. Las casetas, pues también.

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Sucedió en la Feria de Abril

- La caseta. Instrucciones de uso. Santiago Sánchez Traver, gran ideólogo de la Asociación de la Prensa, presi de la caseta homónima y matemático, me define la Feria con este teorema -¿el teorema de Sánchez?-: Feria = traslación + concentración de la ciudad en un espacio reducido X tiempo concreto. De lo que se deduce que la Feria es una teoría de la segunda residencia, una disciplina que Barcelona practica de forma más dispersa, en el Empordà, la Cerdanya, Segur de Calafell, o en tu balcón y con un botijo. Según. Sea como sea, la caseta es una prolongación del domicilio. Ergo, sólo pueden entrar invitados. Todo el mundo lo sabe. Y, el que más, el guardia jurado que hay en la puerta de E=Mc² casetas. Por lo general, una caseta la fundan diez asociados, que apechugan unas 60.000 por bigote, más lo que se gasten en la barra en recibir invitados. Pueden ser 200.000. O 500.000. Unos asociados las pagan a pelo, sin inmutarse y por reflejo condicionado, y otros tiran de crédito bancario. Hay más solicitudes para una caseta que casetas. Algunas casetas permanecen cerradas o cierran antes de tiempo para ahorrar gastos, algo que solivianta al personal. Ante este respecto, Juan Ortega, Delegado de Cultura y Fiestas Mayores, ha declarado al respecto, inflexible, 'yo me cabreo muchísimo cuando paso por una caseta y la veo vacía'. A parte del hecho de las casetas privadas hay otros fenómenos que llaman la atención de un barcelonés medio. Como a) el final de la espalda de una señorita con trajes de faralaes -gran tema, si bien, snif, nos desviaría de nuestro discurso- y b) casetas privadas, a menudo de entidades que en la Feria de Barcelona son tan exóticas como esos finales de espalda a los que aludía. Vaya, otra vez el tema ése.

- Joyas de la corona. Casetas como La Pineda, nombre del country club, club hípico y epicentro del fenómeno caracolillo en el pelo. Se trata de una mezcla de Tribuna del Barça, Tribuna del Godó, Club de Polo, Gimnasio Iradier, Cercle del Liceu y Obra no Social de La Caixa. Un colectivo que en Barcelona no le gusta exhibirse -mucho menos en las páginas de sucesos económicos-, pero que aquí le va la rumba. Las señoritas que van por ahí vestidas de flamenca llevan el último modelo y con acabados de lujo, como frenos ABS y antinieblas. Por cierto, me dicen que un traje de flamenca va de las 50.000 hasta lo que quieras, con una gama media de 100.000. Hay, me dicen, una caseta que es pelu. Yo no la he encontrado. En todo caso, hay casetas con servicio de pelu y maqui, para las señoras que se les queda el pelo para atrás tras el trayecto en el AVE, ese TAV que comunica París con Mónaco. Hay una caseta de un fotógrafo del cuore donde los personajes que no han desmentido su última relación en la estación del Ave, pues van y la desmienten aquí. En mi particular hit-parade brilla con luz propia la caseta La Pareja, de la Guardia Civil, una de las más grandes. Un colectivo que, entre la emigración andaluza en Barcelona, a la que hablas, por lo general les recuerda una Andalucía de la que salieron por piernas. La emigración es hacer la maleta e irte. En una maleta hay cosas que no te caben y otras que no metes. Hasta mañana.

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