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El carnicero, el padrastro, Fidel y el Che

Hombre riquísimo y solitario, hijo de un empresario de bancos, eléctricas, madera y barcos que se suicidó, y de una extraña mujer llamada Giannalisa, Giangiacomo Feltrinelli tuvo una infancia feroz y aislada, marcada por un padrastro burgués y severo: institutriz en casa, castigos en el sótano, tristeza, ningún amigo. Una reforma realizada en el patio de la casa familiar dura varios años. GG conoce por fin a alguien de fuera de la familia y son albañiles. A partir de ahí, cambia de familia. A los 15 años, con la guerra mundial bombardeando el Agrigento, se echa al monte con un carnicero y luego huye a casa del jardinero. Conoce a unos partisanos y decide luchar contra los alemanes, pero su madre lo ingresa en un convento para que siga estudiando. Al acabar, con 17 años, se enrola como voluntario en el frente boloñés.

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En 1945 se afilia al Partido Comunista Italiano. Trabaja primero como espía en círculos monárquicos, donde está su padrastro, Luigi Barzini. Por la noche pega carteles del PCI en un Buick azul. Su madre se entera y lo denuncia por tenencia ilícita de armas. Él se enamora de una joven comunista, pero debe huir: a Francia y a Portugal. Vuelve y en 1947 se casa con Bianca. Lo nombran responsable de la Comisión de Finanzas de la Agrupación Duomo (Milán). En 1948, junto a su amigo Giuseppe del Bo, y con el aval del secretario general del PC, Palmiro Togliatti, crea en Roma la Biblioteca Feltrinelli, una especie de Universidad marxista. Los dos buscan libros y documentos por toda Europa. Feltrinelli tiene 22 años. Uno después, ingresa en una cooperativa editorial: antifascista, internacionalista y anticolonial. Es la Colip, Universale Economica del Canguro. Las cosas van mal, el apoyo del PCI se acaba. Feltrinelli financia y llegan a los 200 títulos. En 1954, se suspenden las publicaciones.

Nace Giangiacomo Feltrinelli Editore. Son los años de triunfo. Lanza una cadena de librerías, se casa con Inge Schoenthal, la madre de Carlo. En el 58, purgado por editar a Pasternak, deja el PC. En los primeros 60, viaja a Cuba a ver a Castro y el Che. Prepara las memorias del comandante. Al final las suspende. Sólo le interesa ya la política. La acción. Publica los Diarios del Che y destina las ventas a las revoluciones de Latinoamérica. Con Fidel pasa de la fascinación al desengaño. Edita a Régis Debray, que desaparece en Bolivia. Tras escribir al presidente Johnson pidiendo su liberación, Feltrinelli va tras él. Es detenido y expulsado del país.

La CIA lo acusa de espía soviético, la policía italiana le sigue de cerca: le imputan una bomba que mata a 16 personas en la Piazza Fontana de Milán (1969). Se hace guerrillero. Se apoda Osvaldo, huye a Suiza y Austria, vuelve para pequeñas acciones de sabotaje y para ver a su hijo. El 14 de marzo de 1972 trata de dejar sin luz a la ciudad de Milán poniendo una bomba en una torre de luz. Es el final.

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