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Tribuna
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Decididos o indecisos

Solemos ser muy escépticos sobre lo decisivo de las campañas y criticamos el derroche de medios de los partidos para, supuestamente, garantizar sus objetivos. Estos pueden ser más o menos conservadores o agresivos, ya busquen mantener el propio electorado evitando la desmovilización, ya pretendan ampliarlo captando electores críticos con sus anteriores opciones o la movilización de viejos y nuevos votantes. Esto es así porque, por un lado, la mayoría ya tenemos decidido el voto hace tiempo y nos sobraría la campaña y, por otro, no hay una evidencia de cómo influyen las campañas.

Lo cierto es que hay campañas más decisivas que otras y hay procesos electorales en los que entramos más indecisos. Lo primero hace referencia a que, sea cual sea el volumen de los que decidan su voto por la campaña, ésta puede decidir el vuelco o el mantenimiento de una situación que se dirime en un pañuelo. Lo segundo se concreta en que, independientemente de lo anterior, la campaña decanta un mayor volumen de ciudadanos que entran desorientados a la misma sobre sus preferencias partidistas. Sin embargo, ambos fenómenos suelen darse a la vez, lo que refuerza la importancia de la campaña.

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Cosas algo más claras

Casi todas estas circunstancias están dándose en la actual campaña vasca. En el gráfico podemos observar el patrón de interés atribuido a otras campañas: bajo en 1990 (29%) y 1994 (24%) y alto en 1998 (53%), sumando quienes han respondido mucho o bastante en las encuestas poselectorales. En este último caso, eran los electorados de PP (58%), PNV (58%) y, sobre todo, EH (64%) los que mayor importancia le atribuían frente a los demás, que no llegaban al 50%. En la actual coyuntura el electorado refuerza el patrón de importancia de la anterior contienda, pero cambia el de los electorados de forma significativa. Ahora son los votantes de PP (85%), PSE (66%) y, en menor medida, EA (60%) y PNV (53%) los más interesados, mientras que los de EH (46%) e IU (44%) están en niveles mínimos.

Sobre el patrón de decisión de voto de anteriores contiendas, si hacemos caso a los encuestados, habría, como mínimo, casi un 15% de electores que decidirían su voto en campaña, aunque habremos de suponer que no todos por efecto de la misma. En 1998, un 10% dudó entre varios partidos, algo que afectó, sobre todo, a los votantes de EA e IU, y el resto se dividió en partes iguales entre los que tenían decido abstenerse y votaron y los que dudaron entre abstenerse o votar por un determinado partido. En esta ocasión sabemos que la decisión de voto es mayor, sobre todo entre los votantes de EA, PP, PSE, PNV y UA, por ese orden. Al mismo tiempo, son los votantes anteriores de EA (67%), PP (64%), PSE (58%) y los jóvenes que votan por primera vez (58%) los que consideran más decisivo su voto, frente a los de EH (55%), PNV (44%), UA (43%) e IU (34%) que no lo perciben con tanta intensidad. Parece claro que esta campaña va a ser decisiva y lo será tanto más cuanto los electores que desean el cambio decidan perderle el miedo.

Francisco José Llera Ramo es catedrático de Ciencia Política y director del Euskobarómetro de la UPV.

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