Trasplantes
En su periódico del viernes 27 de abril, leo con verdadero estupor el artículo de don Enrique Costas Lombardía, titulado Detrás de las estadísticas de trasplantes.
El autor, con su negativa opinión, pone en duda, ante el público en general y que no ha estado cercano a un trasplante, primero, la calidad del sistema español al respecto y, en segundo lugar, coloca a los profesionales del trasplante como si fueran auténticos comisionistas.
Como trasplantado y presidente de esta asociación, quiero realizar algunas puntualizaciones sobre las opiniones desarrolladas por el señor Costas.
El tiempo de trabajo que desarrollan tanto los médicos como los coordinadores de trasplantes no tiene límites de horarios y tienen que estar disponibles las 24 horas del día. Desconocemos si cobran algún plus especial en sus salarios por este hecho, pero si es así se debe considerar lógico, pues son personas que prácticamente carecen de vida particular ya que en cualquier hora del día o de la noche son reclamados para desarrollar su trabajo.
Con respecto al prestigio del Sistema Español de Trasplante, no sé cómo se atreve a ponerlo en duda, pues este modelo está siendo reclamado para ponerlo en práctica en muchos países del mundo, incluso algunos de ellos con un nivel económico y de desarrollo superior al de nuestro país.
En lo que concierne a las asociaciones de trasplantados, flaco favor realiza este economista con su artículo, pues uno de los trabajos que realizamos con más ahínco (por supuesto, altruistamente) es el fomento de la donación de órganos, intentando transmitir a la sociedad en general la importancia de esta acción, poniéndonos como ejemplo vivo de lo que significa para las personas que no tenemos otra alternativa para seguir viviendo que el trasplante.
La persona que lea ese artículo de opinión y no conozca esta problemática le va a crear serias dudas el hacerse donante cuando cualquiera de nosotros intente convencerle del grado de solidaridad que significa este hecho.
Por último, sólo deseo que don Enrique Costas nunca se tenga que ver abocado a un trasplante, porque seguramente su opinión cambiaría totalmente.-
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