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Rato culpa a Francia y Alemania de que la UE no sea el relevo de EE UU

Javier Moreno

Rodrigo Rato, invitado por el premio Nobel de Economía Franco Modigliani, explicó que los acuerdos de Lisboa se tomaron para impulsar la introducción de las nuevas tecnología y acelerar las reformas estructurales que necesita Europa para convertirse en la zona económica líder en el mundo.

Pero algo no está funcionando, según el vicepresidente español. 'Desgraciadamente', aseguró el vicepresidente segundo español, según la copia distribuida previamente a los periodistas en inglés, 'la actual voluntad política de algunos grandes países no permite acelerar este proceso, que indudablemente se va a convertir en el mayor desafío al que tendrá que enfrentarse la sociedad europea en los próximos años'.

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Rato no los citó por su nombre, pero para la audiencia quedó claro que se estaba refiriendo a Francia y Alemania, dos países que cuentan en la actualidad con gobiernos socialistas y con los que el Ejecutivo español mantiene profundas diferencias ideológicas sobre el modelo de sociedad hacia el que se tiene que dirigir Europa.

Para Rato, además, esta falta de voluntad de París y Berlín de implementar con rapidez los acuerdos de Lisboa pone en peligro el objetivo de que Europa alcance o incluso supere a Estados Unidos como locomotora de la economía mundial. 'Queda la duda', dijo, 'de si Europa está preparada para ser la fuerza que arrastre el crecimiento económico mundial en el futuro'.

Se trata de una idea (que Europa releve a Estados Unidos como locomotora de la economía mundial), que Rato ya esbozó en enero pasado ante la élite empresarial de todo el mundo reunida en Davos, y que ayer reiteró en el MIT, uno de los centros de pensamiento más prestigiosos de Estados Unidos. 'La Unión Europea posterior a la introducción del euro tiene que ser una Unión Europa de crecimiento, y para esto tiene que centrarse en los procesos de desregulación y en las reformas estructurales', dijo.

'Cada vez se necesita más crecimiento europeo en un mundo en el que la economía de Estados Unidos no puede llevar, en solitario, la responsabilidad de manejar el ciclo económico'. La idea no ha contado nunca con el consenso del resto de países de la UE, como quedó meridianamente claro en la última reunión de los países más industrializados (G-7) celebrada en Washington este fin de semana pasado, en la que Wim Duisenberg, entre otros, defendió la idea de que Europa no puede hacer un esfuerzo especial, bajando los tipos de interés, para tirar de la economía mundial ahora que Estados Unidos vive una desaceleración.

Punto de vista político

La conferencia del vicepresidente del Gobierno español llevaba como tema el euro. Rato, como dejó establecido al comienzo de su discurso, no quería explicar el tema desde un punto de vista técnico o económico. 'Mi intención es abordarlo desde un punto de vista político'. Tras repasar las ventajas políticas que llevaron a Francia y Alemania a impulsar la adopción de la moneda única, Rato afirmó que está convencido de que 'en los próximos años, el euro se convertirá en una divisa mundial', para lo que será necesario, también, una política económica más coordinada en el seno de la Unión Europea.

Especialmente la política fiscal. 'En una unión monetaria con el grado de integración de la zona euro, el objetivo principal de la política fiscal es contribuir al esfuerzo de construir un área de prosperidad económica, de alto crecimiento de la inversión y de baja inflación, afirmó. 'Es decir', remachó, 'la política fiscal no debería ser procíclica'.

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