Sobre la no imposición del castellano
Tiene algo de fascinante observar cómo un problema se transforma en otro. La capacidad de matar y destruir que tiene un idioma, por ejemplo. Salvo que al hablar de el español nos estemos refiriendo, no al idioma, sino al español concreto que mataba y destruía. Así, con igual o mayor motivo, podríamos hablar del inglés, el francés, el portugués, el holandés, el norteamericano, el árabe o el turco. De los pueblos que han colonizado o siguen colonizando. Con la particularidad de que, cuanto más brutal sea la colonización, menor suele ser el interés de los colonizadores por imponer su idioma. Hasta fechas muy recientes, los indios norteamericanos vivían en sus reservas chapurreando apenas el inglés. En cuanto a España, quien prohibió no fue el español, sino Franco. Eso sí: a la vista del espectáculo, si los tiempos fueran otros, lo más razonable sería pensar que Cultura está bajo control de un topo empeñado en socavar los cimientos, no ya del Gobierno, sino de la Corona.- Luis Goytisolo. Madrid.
Mucha polémica se ha levantado con las frases del Rey de la no imposición del castellano, sobre todo desde Cataluña y desde Euskadi. Pero la parte más afectada, a mi juicio, del discurso no es el catalán o el euskera. ¿Que no fue impuesto el castellano en América? Los indios se apuntaban a las lecciones magistrales de los misioneros y los conquistadores; así como nosotros aprendemos inglés ahora en academias, ellos aprendían el castellano, y encima, sin pagar cuotas mensuales.
Dejemos, por favor, de mirarnos el ombligo y que la Real Academia y los del ministerio que escribieron el discurso miren de vez en cuando algún libro de historia. Con la colonización se arrasó con la cultura, y la lengua es una de las partes más fundamentales de ésta, entre los indios que asesinamos directa o indirectamente (enfermedades) y la represión, eliminamos todas las lenguas vernáculas. Imposición sí es quemar miles y miles de códices mayas que desaparecieron, tan sólo conservamos unas cuantas páginas; imposición sí es marginar a los indios y sus lenguas. Aunque por desgracia nos sentimos tan orgullosos de ello que tenemos en nuestros billetes de mil a los culpables.-
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