Juan Muñoz realiza la espectacular instalación 'Doble atadura' para la Tate Modern

El escultor madrileño ha afirmado que para dar título a su instalación se ha basado en un término médico. Doble atadura es una especulación artística que parte de varias teorías desarrolladas para superar la esquizofrenia. Muñoz ha diseñado una instalación que tiene 115 metros de largo por 35 de alto y que se exhibirá durante un año en la Sala de Turbinas de la antigua central eléctrica que, rediseñada, se ha convertido en el recinto de la Tate Modern.

La instalación constará de dos niveles: una parte superior con dos ascensores y una inferior que será 'como un garaje oscuro', explicó el artista a Efe. En esos espacios, el escultor desplegará 37 figuras humanas de un metro de altura fabricadas con resina. El trabajo de Muñoz en los últimos años tiene como eje central la figura humana y su despliegue en espacios arquitectónicos. Los grupos de figuras crean una complicidad con el espectador que se mezcla entre ellas recogiendo e interpretando la metáfora de sus relaciones. Muñoz es un mudo contador de historias que propone, a través del silencio, el descubrimiento de una narración revelada a cada uno de los visitantes.

Una de sus más recordadas exposiciones, la que presentó en el Palacio de Velázquez, de Madrid, en 1996, concluía el recorrido implicando al espectador en una reunión de personajes, de rasgos asiáticos, riendo. En el caso del encargo del gran museo londinense utilizará un planteamiento similar, con la dificultad de un espacio de dimensiones colosales. 'Son figuras bastante realistas, por debajo de la escala humana, que tratan de representar escenas algo enigmáticas. Cuando las monte comenzará la conversación entre ellas', explica el artista.

Al concebir Doble atadura (Double bind), Muñoz se ha enfrentado con el problema de que la Tate recibe hasta 15.000 visitantes diarios. 'Este contexto es desconocido para mí, porque trato siempre de ver los museos cuando no lo hacen los demás. Me he visto obligado a construir imágenes para 15.000 personas diarias', señaló el artista.

Por este motivo, el artista colocará las figuras 'lo bastante alejadas del espectador para que la gente pueda verlas desde lejos', ya que 'el acto de mirar se daña por la coincidencia de mucha gente'.

Muñoz, que ya ha expuesto en la Tate, se mostró satisfecho por poder montar su instalación en 'el museo de referencia del arte moderno', con el que 'todos los artistas del mundo sienten una cercanía emocional'. Muñoz quiso recordar también a su maestro de Historia del Arte Santiago Amón, a quien dijo que debe 'el estar aquí, en la Tate'.

Encargo millonario

Juan Muñoz sucederá en la Sala de Turbinas, donde se instalan las llamadas Unilever Series, a la escultora franco-norteamericana Louise Bourgeois. Un encargo del museo que cuenta con un presupuesto de 334 millones de pesetas para cada instalación.

La Tate Modern supuso la recuperación de la zona del South Bank, al borde del Támesis. La central eléctrica construida a orillas del Támesis por sir Giles Gilbert Scott y adaptada por los suizos Herzog & De Meuron, convirtió un edificio industrial en desuso en uno de los mayores templos del arte internacional. Los arquitectos suizos despejaron la sala central de las turbinas y la convirtieron en un impresionante espacio abierto de 150 metros de longitud por más de 30 de alto.