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Jesús Gil se atrinchera en su feudo de Marbella y renuncia a nuevas aventuras políticas

El abandono del hijo del alcalde marbellí completa el desmoronamiento del partido

'El Grupo Independiente Liberal sólo se presentará en Marbella', anunció Jesús Gil el pasado 20 de abril, día en que su hijo Jesús Gil Marín renunciaba a su acta de concejal en Estepona y los nueve ediles del partido se pasaban al Grupo Mixto. Muchos vieron estas renuncias como una maniobra de Gil para lograr que sus ediles fueran incluidos en el gobierno municipal, bien bajo las siglas GIL o bajo otras distintas. En cualquier caso, la dimisión de Jesús Gil Marín ha sido la última en el rosario de deserciones que ha sufrido esta formación desde las pasadas municipales.

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Las excusas son de muy variada índole: decepción por no haber alcanzado las expectativas económicas ansiadas, falta de apoyo del partido, desilusión y desengaño, razones de conciencia, el pacto anti GIL o los clásicos motivos personales y profesionales. Lo cierto es que en menos de dos años Jesús Gil y Gil ha asistido al desmoronamiento de la formación política que lidera desde hace una década.

De los 93 ediles que su grupo obtuvo en las elecciones municipales de junio de 1999, tan sólo conserva 45; un número que se reducirá aún más cuando los 17 ediles de La Línea de la Concepción (Cádiz) formalicen el cambio de siglas que tramitan desde el mes de enero.

Lejos quedan los resultados de aquella campaña en la que el Grupo Independiente Liberal (GIL) logró 87.742 votos y representación en 13 localidades de la Costa del Sol, Campo de Gibraltar, Ceuta y Melilla. Gil consiguió además cinco diputados provinciales en Málaga y Cádiz, y mayoría absoluta en Marbella y La Línea de la Concepción. En otras cinco ciudades fue también la lista más votada, y a golpe de pactos y mociones se hizo con las alcaldías de Casares, Ceuta y Melilla, que posteriormente perdió de la misma manera. En Estepona, un pacto cuatripartito entre PSOE, PP, IU y PA impidió a Gil Marín repetir como alcalde.

Las primeras fugas se produjeron pocos días después de las elecciones, en las localidades donde los resultados hacían imposible un gobierno del GIL, dejando claro que o se obtiene mayoría absoluta o nada. A los empresarios amigos que Gil y su hijo habían atraído con promesas de pingües beneficios y que los votantes relegaron al papel de oposición, les faltó tiempo para hacer las maletas. San Roque (Cádiz) y Mijas, Manilva y Benalmádena (Málaga) vieron marcharse uno tras otro a ediles y cabezas de lista.

Primero, el yerno

La veda la abrió el yerno de Jesús Gil, Eduardo de las Heras, número uno en Benalmádena, quien abandonó sólo una semana después de los comicios. A finales de año dos concejales de Mijas y otros dos de Ronda se marcharon, aunque en este caso al Grupo Mixto.

Tras las elecciones del 12 marzo de 2000 continuó la fuga de ediles de este singular partido. Gil no salió muy bien parado de esta cita electoral: se presentó en 20 provincias y no logró ningún diputado. Desde esa fecha los abandonos han sido masivos: cinco concejales en Casares, uno en Fuengirola, uno en Mijas, cinco en Manilva, seis en San Roque y dos en La Línea de la Concepción.

Su hombre de confianza, Antonio Sampietro, ha sido desbancado también de la presidencia de la ciudad autónoma de Ceuta, donde logró gobernar hasta febrero de este año gracias al apoyo de una tránsfuga del PSOE. En esta ciudad el GIL ha desaparecido, y sus 12 diputados se han pasado al Grupo Mixto. En Melilla se ha producido una situación parecida. En julio de 2000 una moción de censura acababa con las aspiraciones de esta formación política, que ha visto cómo cinco de sus siete diputados engrosaban también las filas del Grupo Mixto.

El último en abandonar el barco ha sido Jesús Gil Marín, que renunció el pasado 20 de abril a su acta de concejal en Estepona. Su dimisión provocó la disolución del GIL en la localidad. De momento Gil y Gil conserva su feudo de Marbella, en el que obtuvo 15 concejales, además de uno en Benahavís, seis en Ronda, uno en Mijas, dos en Melilla, los tres recuperados en Fuengirola y los 17 de La Línea de la Concepción. Ése es el cómputo tras las dimisiones de los tránsfugas.

Sin embargo, el gobierno de esta última localidad no permanecerá mucho tiempo bajo las siglas del Grupo Independiente Liberal. Los trámites para su conversión en un partido local independiente están prácticamente terminados y podría producirse antes del verano. 'El cambio de siglas va viento en popa y a toda vela', señaló Manuel Aguilera, coordinador del GIL en La Línea, que reconoció que 'el proyecto se había estancado en Marbella'.

Gil no sólo no reprocha los abandonos, sino que incluso aprueba, siempre que no se toque su feudo marbellí, los cogobiernos de ex ediles de su grupo con otros partidos, como en el caso de Manilva o San Roque.

Pendiente de los juzgados

Todavía queda por ver si Jesús Gil encabezará la lista de su partido en las próximas elecciones municipales. Su candidatura está pendiente del recurso contra la condena por el caso Atlético, que le inhabilita para ejercer cargo público durante 28 años. Gil ha anunciado que está dispuesto a llegar hasta los tribunales europeos, y que no piensa renunciar a Marbella. También el primer teniente de alcalde, Julián Muñoz, ha sido claro a este respecto: 'No contemplamos la inhabilitación, pero si se produjera, el GIL se presentaría', dice. El alcalde de Marbella no se cansa de repetir que está sometido a una operación de acoso y derribo y a un linchamiento político-judicial por la expansión de su partido, sobre todo en Ceuta y Melilla. Dice que ha aprendido la lección y que en las elecciones del 2.003 sólo optará por Marbella, donde gobierna con mayoría absoluta desde hace diez años. 'Quien quiera aventuras políticas que las lleve a cabo en solitario', señala Muñoz al respecto. Los miembros de su partido que quieran presentarse en otros municipios tendrán que ir buscando siglas. Jesús Gil Marín no descarta concurrir con un partido independiente propio en Estepona. Los miembros del GIL de La Línea planean hacerlo como Partido Liberal Progresista (PLP). Por el contrario, en Ronda todavía se aferran a sus siglas originales.

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