El PNV intensifica sus ataques contra Redondo por temor a que pacte con Mayor
En Barakaldo, cuyo alcalde socialista acaba de aprobar un presupuesto de 11.500 millones con el apoyo peneuvista, y en un antiguo pabellón de Altos Hornos reconvertido en moderno centro de desarrollo, Ibarretxe creyó encontrar el lugar ideal para interpelar a Nicolás Redondo.
Primero puso la recuperación de la zona como ejemplo de los frutos positivos de la colaboración entre el Gobierno vasco y los ayuntamientos de signo socialista de la comarca que más sufrió la reconversión de los años 80. 'Dejando de lado las ideologías, trabajando juntos, hemos sacado adelante la Margen Izquierda', dijo. Y así debe ser en Euskadi, apostilló.
A renglón seguido preguntó a Redondo 'adónde quiere llevar al socialismo vasco de la mano del PP' y 'qué proyecto progresista y social' hará para ésta y otras zonas castigadas pactando 'con la derecha española que la olvidó durante cien años'. La estrategia de la coalición nacionalista pasa por no mencionar a los socialistas como tales, sino responsabilizar a su secretario general y candidato a lehendakari. Le presionan polarizando la campaña entre Ibarretxe y el aspirante del PP, Jaime Mayor Oreja, e intentando hacer calar la idea de que son los dos únicos candidatos y los dos únicos proyectos en competencia.
Ésta línea no es nueva y redunda en mensajes ya lanzados en la precampaña, pero se agudizó el lunes pasado, después de que José Luis Rodríguez Zapatero pidiese al PNV que reconozca ya que se equivocó en su apuesta por el pacto de Lizarra. El PNV cortó por lo sano y el líder peneuvista, Xabier Arzalluz, le respondió en su intervención en la apertura de la campaña: 'El PNV no pedirá perdón de nada, porque está limpio'.
En el primer día de campaña oficial, Ibarretxe optó por aparcar los duros ataques al PP que había prodigado en fechas anteriores. Se concentró en reforzar la acusación que había formulado la víspera a Nicolás Redondo Terreros de haber colocado a su partido 'bajo las faldas del PP' y de tener que 'pedirle permiso para hablar'.
En la coalición nacionalista, y sobre todo en el seno del PNV, suscitan ciertas expectativas los mensajes de Rodríguez Zapatero, en los que han creído ver un tono y una intención de futuro distintos a los de Redondo.
Sin embargo, en el partido de Arzalluz levantó mucha inquietud conocer la reunión que celebraron PP y PSOE para reconducir las diferencias surgidas entre ambas fuerzas y que llevaron al portavoz del PSE, Rodolfo Ares, a afirmar que cada vez que el secretario general popular, Javier Arenas, habla las relaciones con su partido 'tiemblan'.
Ibarretxe recurrió ayer a ese encuentro para referirse en tono irónico, ante el grupo de pequeños y medianos empresarios nacionalistas a los que se dirigía, a la necesidad de Redondo de 'ir a Madrid' a 'acordar' con los populares la estrategia electoral de su formación. Un reproche en la línea de los lanzados ya durante la precampaña por Xabier Arzalluz, quien llegó a calificar a Redondo de 'maletero' de Jaime Mayor Oreja. 'Es curioso', continuó con su ataque el candidato de PNV-EA, 'verles prácticamente compartiendo un solo candidato, Mayor Oreja, con la prioridad de echar al nacionalismo vasco'. 'Los verbos que hay que conjugar son sentarse, hablar y entenderse', añadió.
Con esta identificación de la opción socialista con la popular, Ibarretxe persigue desmovilizar a su electorado o derivarlo parcialmente hacia IU y avivar diferencias en el partido de Redondo y entre las direcciones vasca y federal de los socialistas.
Con un PP ya crecido, el objetivo de los nacionalistas es estancar al PSE, de modo que la suma de ambos se aleje lo más posible de la mayoría absoluta. 'Queremos clavarlos más cerca de los 33 escaños que de los 36 que les predicen los sondeos como mejor pronóstico', afirman fuentes nacionalistas. De esa suma saben que depende la mayor o menor movilidad poselectoral de Redondo en dirección al Partido Popular. y por tanto, el propio margen de maniobra de la coalición.
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