El Gobierno gastará 7.000 millones de pesetas al año en el plan para elevar la tasa de natalidad

Aunque el Gobierno ya había presentado en marzo y a comienzos de este mes algunos aspectos del proyecto, Zenarruzabeitia ofreció ayer los costes económicos, justo catorce horas antes de que diera comienzo la campaña electoral. Para evitar precisamente que el plan fuese tachado de electoralista, el consejero de Trabajo, Sabin Intxaurraga, quien acompañó a la vicelehendakari [ambos son candidatos por el PNV-EA] recordó que el Gobierno y las diputaciones empezaron a trabajar en el documento hace año y medio y que el compromiso que adquirió el Ejecutivo entonces fue presentarlo en mayo de 2001. Ahora sólo queda que la comisión delegada para asuntos económicos del Ejecutivo le de el visto bueno y que el Consejo de Gobierno lo apruebe en una de las reuniones que tiene previsto celebrar en mayo.

Sin embargo, una gran parte de las medidas no podrán aplicarse hasta que haya un nuevo presupuesto en 2001 (si las circunstancias políticas lo permiten), ya que exigen una inversión no prevista en los actuales presupuestos prorrogados.

La tasa de natalidad de Euskadi (ocho nacimientos por cada mil habitantes) y la de fecundidad (menos de un hijo por mujer) son las más bajas de Europa y no garantizan el relevo generacional. Además, un estudio europeo asegura que la población activa del País Vasco caerá en un 21% entre el 2010 y el 2025, el mayor descenso de todos los países de la UE. Con estos datos en la mano, la vicelehendakari enfatizó la necesidad de una intervención urgente de las administraciones vascas.

Ayudas y cotizaciones

El plan ha sido elaborado entre el Gobierno, las tres diputaciones y la Asociación de Municipios Vascos-Eudel, y contempla tres bloques de medidas. En primer lugar, las que facilitan a los padres cuidar de sus hijos y seguir trabajando y que consisten en excedencias y en reducciones de jornada. La competencia en este campo socio-laboral radica en la Administración central, por lo que el Gobierno vasco lo que ha hecho es potenciar los incentivos recogidos en la legislación estatal. La subvención anual a los trabajadores que opten por acogerse a la excedencia por el nacimiento de un hijo (un máximo de tres años) es de 400.000 pesetas para las mujeres y de 500.000 para los hombres. En estos casos no se pone como condición que la empresa tenga que contratar a un sustituto. En el supuesto de que se realice un contrato de sustitución, el Gobierno garantiza hasta el 100% de subvención de la cotización empresarial a la seguridad social.

A su vez, la asalariada que se acoja a la reducción de jornada podrá recibir hasta 300.000 pesetas anuales (por un máximo de tres años) cuando trabaje la mitad de tiempo. Si se trata de un hombre, el importe ascendería hasta las 400.000 pesetas. Si la reducción de jornada es de un tercio, la ayuda sería de 225.000 pesetas para la trabajadora y de 300.000 pesetas para el empleado varón. La aplicación de estos incentivos necesita que se apruebe un nuevo presupuesto.

El segundo conjunto de medidas se refiere a la potenciación de una red de guarderías para niños de 0 a 3 años. Además de aumentar el número de plazas en estos centros, el Gobierno vasco se hará cargo del 60% de la financiación, lo que redundará en que los padres paguen menos que en la actualidad por tener a sus hijos en una escuela infantil. Ahora, este tipo de centros dependen de la iniciativa privada, de las diputaciones y los ayuntamientos. Otra de las ventajas radica en que las guarderías dispondrán de un horario flexible: estarán abiertas de manera ininterrumpida desde las siete de la mañana hasta las nueve de la noche.

En el tercer bloque se incluyen las deducciones en la cuota del IRPF según el número de hijos, algo que ya ha sido aprobado por las diputaciones y que se notará en la declaración de la renta del próximo año. También hay ayudas directas o subsidios familiares a partir del segundo hijo. Según Zenarruzabeitia, aunque el coste del plan pueda parecer excesivo, se trata de 'invertir en el futuro de Euskadi'.