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Unos butroneros desvalijan una tienda ubicada frente a una comisaría

El botín robado en Radical Music asciende a dos millones de pesetas

'Todavía no nos lo podemos explicar. A un metro de la tienda hay coches de policía aparcados y a cinco está la puerta de la comisaría, con vigilancia las 24 horas... Es un poco escandaloso', se lamenta Francisco López Trúpita, propietario de Radical Music, situada en el número 12 de la calle de Leganitos. 'Con los problemas que supone tener una comisaría cerca, como no poder casi ni aparcar para descargar material, al estar todo reservado para vehículos oficiales, piensas que te lo vas a ahorrar en seguros. Pero en este caso no ha servido de nada', añade.

El robo se produjo entre las dos de la tarde del sábado -momento en el que se cerró la tienda- y las diez de la mañana del lunes -hora en la que el encargado y una empleada la volvieron a abrir-. Encontraron todo revuelto; las cajas fuertes, abiertas, y, al fondo, el butrón, que comunicaba con una vivienda deshabitada llena de colchones y otros objetos viejos situada en el sótano de la finca vecina. Para hacer el agujero, los asaltantes rompieron con un pico una viga de madera y excavaron un hueco de 80 centímetros de medianería y más de medio metro de diámetro.

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'Lo tenían muy bien calculado, ya que hay distintos niveles entre las dos fincas, y el butrón lo hicieron en un lugar del fondo donde no se podían tropezar con ninguna estantería', agrega el responsable del comercio.

Los ladrones se llevaron 1,2 millones de pesetas de una caja de caudales que, a su vez, estaba en el interior de otra caja fuerte empotrada en la pared. Los asaltantes intentaron en un primer momento forzar la caja fuerte con palancas, pero después encontraron la llave en un cajón.

'Era la recaudación de los tres últimos días. Siempre, los sábados, antes de cerrar, se ingresa en el banco; pero ese día dio la casualidad de que era el primero que cerraban la oficina y se decidió dejar el dinero en la caja fuerte', agrega el propietario. Los ladrones también se apoderaron del contenido de otra caja fuerte de mesa, que también abrieron tras encontrar la llave. En su interior había unas 800.000 pesetas, procedentes de las señales dejadas por algunos clientes para la compra de instrumentos. No tocaron la caja registradora, que estaba vacía.

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También se llevaron al menos cuatro cajas multiefectos y una guitarra eléctrica antigua, de marca Godin, que se hallaba en reparación y cuyo valor asciende a un cuarto de millón de pesetas. Sin embargo, dejaron otras con un precio marcado en el escaparate de más de medio millón, así como amplificadores y micrófonos que caben en una mano y valen 250.000 pesetas. Antes de abandonar el local, los ladrones, cuyo número se desconoce, se comieron una tableta grande de chocolate puro y dejaron en el suelo algunos de los guantes de fregar que usaron para no dejar huellas.

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