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Evacuadas de su casa 22 familias por el temor a que se desplomase

Es el segundo desalojo del inmueble en tres meses

Antonio Jiménez Barca

No hubo heridos, pero sí más de un susto. Y es que las grietas que ya atravesabab de lado a lado este inmueble de cuatro plantas se agrandaron ayer, cayeron algunos cascotes a la calle y el suelo de uno de los piso de la planta baja se hundió. Es la segunda vez, en menos de tres meses, que estos vecinos deben abandonar a toda prisa su casa por miedo a que se les caiga encima. La Asociación de Vecinos de San Cristóbal de los Ángeles denuncia que las administraciones prometieron ya en 1999 pisos de realojo para el centenar de residentes.

Manuela Cardeñosa, de 70 años, lleva más de 40 viviendo en ese bloque. Ayer, sola en su casa, escuchó el crujido y se alarmó. Poco después, los bomberos y la policía le informaron de que tenía que bajar a la calle a toda prisa porque había riesgo de que la vivienda se desplomara.

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Una hora más tarde, Manuela formaba parte de un corrillo de más de 50 vecinos que escuchaba a un bombero que acababa de salir del inmueble: 'El arquitecto ha dicho que, en principio, el edificio no reúne las características para que se queden. Esta noche no podrán dormir aquí. Ahora les vamos a ir llamando, familia por familia, para que recojan algo de ropa y lo más necesario. No carguen maletas. No olviden desconectar las cosas peligrosas: el butano, un calentador...', explicaba el hombre.

Una mujer marroquí que vive en el bloque, con su niño en brazos, comenzó a sollozar. No entendía muy bien qué pasaba. Prado de la Mata, presidenta de la Asociación de Vecinos de San Cristóbal, que acudió al lugar del incidente en cuanto se enteró, le agarró de la mano: 'Tranquila, ahora hay que estar tranquila, que todo se va a solucionar'.

Manuela, la señora de 70 años, preguntó también a Prado: '¿Dónde vamos a dormir esta noche?'. Ella le contestó: 'Tranquila. Ahora, cuando la llamen, suba a casa y coja la cartilla del seguro y las medicinas'. La anciana respondió: 'Gracias, guapa'. El bombero continuó explicando: 'Mañana vendrán más arquitectos municipales. Entonces les dirán. Informen a la policía de si tienen sitio donde pasar esta noche. Si no, el Ayuntamiento les procurará uno'.

Un policía gritó entonces: '¡El primero A!' Y un hombre y una mujer subieron a su casa. Bajaron un minuto después, con ropa y un biberón. Al lado estaba Ignacio Fernández, de 25 años, camionero, con dos hijos de tres y cinco años. 'Dile a papá que se acueste, que va a tener que salir para Orense, que yo tengo que quedarme aquí porque la casa se cae', comentaba a su hermano. Fernández explicó luego por qué su casa se derrumba: 'Vivimos sobre arcilla. El edificio se construyó sin cimientos, y ahora, si nos dan un piso de realojo, tendré que pagar el alquiler del realojo, unas 20.000 pesetas, y la hipoteca, unas 40.000'.

El pasado febrero estos vecinos vivieron una pesadilla similar. 'Y entonces les prometieron un piso de realojo, que las administraciones, por cierto, ya les tenían que haber dado, porque San Cristóbal de los Ángeles, en teoría, está declarada Área de Rehabilitación Preferente desde 1999. Pero como el Ayuntamiento no tiene pisos sociales para estos casos, pues ahí están todavía los vecinos', comentaba Prado de la Mata.

Ajena a las palabras de Prado, una señora interpelaba angustiada a un bombero: 'Ustedes me darán un justificante para mi empresa, ¿verdad? Porque yo mañana no voy a poder ir a trabajar'.

Un policía municipal hablaba ayer con varios vecinos desalojados de su casa en Villaverde.
Un policía municipal hablaba ayer con varios vecinos desalojados de su casa en Villaverde.CLAUDIO ÁLVAREZ

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Sobre la firma

Antonio Jiménez Barca
Es reportero de EL PAÍS y escritor. Fue corresponsal en París, Lisboa y São Paulo. También subdirector de Fin de semana. Ha escrito dos novelas, 'Deudas pendientes' (Premio Novela Negra de Gijón), y 'La botella del náufrago', y un libro de no ficción ('Así fue la dictadura'), firmado junto a su compañero y amigo Pablo Ordaz.

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