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TESTIMONIO DE LOS ESPAÑOLES SECUESTRADOS EN ESTAMBUL

'Nos comunicábamos con teléfonos móviles sin salir de las habitaciones'

Los 13 miembros del 'comando' prochecheno se rindieron a la policía tras 12 horas de tensión en un lujoso hotel

'Al salir del ascensor, nos dimos de narices con los hombres armados que nos encañonaban', relataba a la agencia France Presse ayer Regina, una turista alemena que tuvo la ocurrencia de bajar al vestíbulo del hotel al filo de la noche de ayer. Algo parecido le sucedió al ciudadano español identificado como F. R. de A., perteneciente a la nobleza, según una fuente consular española en Estambul. 'Bajó a estirar las piernas porque no podía conciliar el sueño', relata la misma fuente diplomática, 'y, a pesar de que el personal del hotel de su planta le recomendó que no bajara porque se había producido un incidente en el hall, se negó en redondo y siguió su camino. Una vez abajo fue encañonado y agrupado junto con el resto de los rehenes que pasaron toda la noche en el vestíbulo del hotel'.

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El Swisshotel, un establecimiento de cinco estrellas con privilegiadas vistas al Bósforo, tenía 600 clientes registrados en el momento del asalto, aunque muchos de ellos y la mayor parte del personal aprovecharon la confusión de los primeros momentos para escapar hacia las avenidas y parques del distrito de Besiktas, en la parte europea de Estambul.

Fuentes diplomáticas en Turquía informaron ayer a EL PAÍS de que los ocho españoles se encontraban bien tras el fin del incidente. Cinco de los secuestrados españoles son ejecutivos de la empresa Valenciana de Cementos que participaban en un congreso internacional sobre construcción en el mismo Swisshotel. Otros dos son un matrimonio, con los apellidos G. R. en el caso del marido, que mantiene negocios de importación y exportación con Turquía.

Ocultos en las habitaciones

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A pesar de los repetidos intentos para entrar en contacto telefónico con el único rehén español que tuvo comunicación con los secuestradores, este periódico sólo pudo contactar telefónicamente con algunos de los ejecutivos de Valenciana de Cementos. El jefe del grupo de técnicos españoles, José de la Vega, se limitó a explicar que todo había acabado bien.

Una de las integrantes de su equipo, Elena Barthe, fue más explícita en su testimonio: 'En ningún momento llegamos a pasar miedo, aunque sí sentimos la lógica preocupación. Estuvimos al corriente de lo que ocurría en el vestíbulo y nos comunicábamos a través de los teléfonos móviles'. Elena Barthe precisaba en la tarde de ayer que los cinco miembros del equipo iban a proseguir su estancia en Estambul y asistir al congreso internacional sobre construcción.

Pocas horas antes, otro miembro del equipo, Francisco Asensio, había relatado a la Cadena SER sus impresiones durante el secuestro. 'Oímos unos disparos y nos asomamos a la ventana, entonces recibimos una llamada diciéndonos que había un grupo armado en el recibidor del hotel y que tuviéramos cuidado', aseguró Asensio. 'Sabíamos que tenían rehenes en el hotel, pero nada más. Estábamos muy asustados, y pasamos mucho, mucho miedo'.

El secuestro fue protagonizado por un grupo que se hizo llamar Grupo de Combate en Chechenia, aparentemente formado por turcos, aunque con las presencia de al menos dos chechenos y un abjazo. 'Parecían muy jóvenes e inexpertos, por eso no nos atrevimos a lanzar una operación de rescate', explicaba ayer un alto responsable policial de Estambul. El terrorista Tokcan, que ya dirigió en 1996 el secuestro de un transbordador ruso con 200 pasajeros a bordo en el mar Negro, parecía ser el único que controlaba la situación.

A pasar de la ley de silencio que la dirección del hotel había impuesto al personal del establecimiento, un empleado de la recepción del Swisshotel desvelaba ayer: 'Después de haber oído algunos disparos, los miembros del comando entraron con sus armas, y después todo se desarrolló en calma, de forma casi normal. Todos los rehenes estuvieron sentados en el hall, hasta el final'.

Hacia las 11.30 horas (las 10.30, hora peninsular española) los 13 miembros del comando prochecheno entregaron sus escopetas de caza y sus pistolas a las autoridades policiales de Estambul, que registraron todas las dependencias del establecimeinto en busca de posibles explosivos ocultos.

Una vez liberados, muchos de los rehenes turcos, entre ellos unos 40 miembros de la plantilla del Swisshotel, declaron a los medios de comunicación turcos que recibieron un trato correcto. 'Los hombres armados nos reunieron en el vestíbulo y nos pidieron que nos quedáramos sentados en el suelo, siempre pidiéndonos excusas', explicaba Hulki Boyner, un cliente del hotel, a la agencia oficial turca de noticias Anatolia.

El secuestro del Swisshotel amenaza con reducir dramáticamente las expectativas de recuperación de la industria turística de Turquía, un país que necesita una fuerte entrada de divisas en medio de su peor crisis económica en más de siete años y con echar por tierra la candidatura de Estambul para los Juegos Olímpicos de 2008.

Mohamed Tokcan (a la derecha), líder del <i>comando</i>, es detenido ayer por la policía.
Mohamed Tokcan (a la derecha), líder del comando, es detenido ayer por la policía.AP

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