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Reportaje:

Hoteles para mujeres maltratadas

Las agredidas serán hospedadas en establecimientos privados cuando los centros públicos estén llenos

Los malos tratos domésticos no entienden de horarios. Por eso, y para intentar llenar el vacío de centros de acogida para mujeres que existe en Cataluña, el Instituto Catalán de la Mujer ha previsto una red de hoteles para que las mujeres maltratadas puedan hospedarse en ellos cuando huyan de su domicilio y no haya plazas disponibles en los centros.

La Generalitat dispone de cinco casas de acogida con 44 plazas en total para atender a todas las mujeres catalanas en situación de riesgo. Si las agresiones se producen, por ejemplo, en la noche de un viernes la víctima descubre que no tiene donde refugiarse porque el centro público más cercano permanece cerrado hasta el lunes. Únicamente los Mossos d'Esquadra conocerán los nombres y las direcciones de los hoteles que colaborarán con este programa.

Los consejos comarcales son los encargados de suscribir acuerdos con los establecimientos hoteleros. El Instituto Catalán de la Mujer propone que el Departamento de Bienestar Social corra con los gastos de manutención. Los servicios públicos de acogida de la Generalitat atendieron el año pasado a 125 mujeres y 158 niños. En ese mismo periodo se presentaron en Cataluña 3.424 denuncias por malos tratos a mujeres, una cifra que no cesa de aumentar año tras año.

El Ayuntamiento de Barcelona dispone de un centro en la ciudad. Transcurrido el tiempo suficiente y para las personas que no quieren volver a su domicilio por temor a males mayores, funcionan siete pisos en las mismas comarcas, donde pueden residir con sus hijos hasta que consiguen por sus propios medios un lugar definitivo para vivir.

La presidenta del instituto, Margarida Álvarez, explica que estas iniciativas ayudan a paliar la situación de indefensión de las agredidas, pero no solucionan el problema de fondo. Constata que no hay ningún país que esté libre de la violencia de sexo y considera que en la mayoría de los sitios se tiende a reproducir, aunque sea de buena fe, el sentido patriarcal de esconder a la mujer del agresor. Álvarez cree imprescindible que la sociedad deje de victimizar a la mujer y entienda que la solución a los malos tratos compete a todos.

Los expertos atribuyen el aumento de las denuncias al hecho de que una parte de las víctimas ha perdido el miedo,aunque reconocen que todavía una gran parte se esfuerza por que los hechos no trasciendan. Álvarez destaca que las agresiones en el hogar resultan especialmente perversas, ya que se producen en el lugar en el que las personas se sienten más a salvo.

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