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VISTO / OÍDO
Columna
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Un gobernador del partido

El delegado del Gobierno en Madrid tiene mala fama entre el rojerío: porque cumple con su deber. Está diciendo que 'el campamento de Sintel es insostenible': prepara a la afición para el asalto. Es insostenible: no pueden estar cientos de trabajadores y sus familias sin cobrar lo que una empresa les debe. Otro gobernador tomaría la caja de los empresarios, con sus buenos guardias, y repartiría el dinero entre los trabajadores. Pero 'la verdad es la verdad', como dice en Abc, donde le propagan, superando así las milenarias dudas de los pensadores.

La verdad es que ese campamento 'está politizado'. Y la prostitución debe regularse, servir al cliente que la necesita, porque hay 'demanda de un sector de la sociedad': nada más cierto, y la verdad es la verdad. Las manifestaciones: habrá que crear un manifestódromo. Si la sociedad está de acuerdo, explica, en que el deporte se practique en determinados sitios, ¿por qué no ha de aceptarlo para las manifestaciones? Muchas personas lo creen así, excepto cuando se manifiestan, o buscan chicas, o dejan de cobrar.

'Cada cosa en su sitio, y un sitio para cada cosa', me decían: todavía me esfuerzo en buscar sitios adecuados para las cosas. El orden me pone nervioso cuando alguien lo aplica: 'Las fuerzas del orden' es una expresión conocida que inquieta al rojerío. Me acuerdo de un duque que me enseñaba una exposición de castillos y, ante una foto, me explicaba el orden natural: 'En lo alto, el castillo del señor, con sus fuerzas; más abajo, la iglesia, defendida por el castillo del asalto de los infieles; y abajo, el pueblo, trabajando'.

Dicen que este gobernador procede del Movimiento. Es lógico. El Movimiento es bueno para ocupar ciertos puestos: no tanto como los que proceden del comunismo o el socialismo, pero sí para una gobernaduría. Todo el Gobierno procede del Movimiento, excepto los conversos, y encuentran que en Madrid hace falta mano dura: y en España entera. También hay demanda de fuerza por un sector de la sociedad, aunque otro del mismo partido, Ruiz-Ga-llardón, quiera encarcelar -sancionar, castigar, fastidiar, jorobar- al que visita a las señoritas. Todo está mal, convecinos, está mal.

Es posible que se atrevan un día a desmantelar a la fuerza el campamento de Sintel, y a sacar a las mujeres de su encierro. Se está preparando ya. No lo han hecho 'por prudencia'. ¿Qué prudencia? Después de todo, sólo se irritará el rojerío; y ése ya lo perdió todo en 1939. Sólo quedan momias.

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