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Crítica:
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Un extenso documental

Patricia Fernández de Lis

Este libro es el producto final de una de las más fabulosas tareas de documentación conocidas, pero dista mucho de ser sólo una obra de investigación. Edwin Black es judío, hijo de supervivientes polacos del Holocausto, y su única obsesión a lo largo de los últimos ocho años ha sido descubrir y narrar las relaciones entre la compañía informática más grande del mundo, IBM, y la Alemania nazi. Este empeño es, probablemente, la principal virtud de este libro -es improbable que un investigador independiente soportara tanto tiempo y tantos problemas sin una motivación personal y muy fuerte para continuar traba-jando-, pero también es su mayor defecto. Black se mueve constantemente en el filo de la subjetividad y hasta la puerilidad, cayendo a menudo en el sentimentalismo fácil, como cuando compara los raídos uniformes de los prisioneros de los campos de exterminio nazi con el lustroso abrigo de Thomas J. Watson, responsable de IBM y auténtico protagonista de este libro.

IBM y el Holocausto

Edwin Black Atlántida

Estos errores no evitan que este libro sea interesantísimo, y hasta apasionante en muchos de sus pasajes, sobre todo porque explica cómo y por qué confluyeron los intereses de la poderosa Alemania nazi con las ambiciones desmedidas de las primeras multinacionales estadounidenses, incluida IBM.

No es, por tanto, un libro de investigación objetiva, aunque tampoco lo pretende. La idea de la obra nació tras una visita que realizaba Black con sus padres al Museo del Holocausto de Washington, donde se exponía una máquina de IBM que realizó el primer censo de judíos en Alemania, en 1933. 'Existe una razón para examinar las cifras fantásticas a las que llegó Hitler al asesinar a tantos tan rápido', explica Black en el libro. 'Me volví a mi padre y a mi madre, y les prometí que descubriría mucho más', cuenta en otro pasaje de la obra.

El texto explica la relación entre IBM y Hitler desde sus mismas raíces, es decir, desde el diseño de las primeras máquinas de censo elaboradas por Herman Hollerith, pasando por la formación de IBM como empresa y la incorporación a ella del vendedor 'sin escrúpulos' Thomas Watson. La parte más interesante de este libro es la que explica los espeluznantes descubrimientos de Black sobre la identificación y procesamiento informático de los condenados de los nazis. Las tarjetas perforadas, por ejemplo, identificaban 16 categorías de prisioneros, según las posiciones de los agujeros -tres para el homosexual, 12 para el gitano, nueve para el antisocial.

Ha sido un hercúleo trabajo de documentación. Más de cien personas de siete países emplearon 1.500 horas de trabajo -entre ellas, las 15 diarias de Black- para elaborar y escribir las 500 páginas que constituyen este libro. El tremendo esfuerzo de documentación se plasma en la obsesión de Black por atribuir a una fuente cada una de sus afirmaciones; prácticamente cada párrafo del texto concluye con una nota a pie de página.

Es un libro, por tanto, denso y complejo, repleto de notas y referencias, que abusa del sentimentalismo y que tampoco está demasiado bien escrito. Es el interés de lo que narra, más que el cómo se narra, el que hace necesaria su lectura.

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Sobre la firma

Patricia Fernández de Lis
Es redactora jefa de 'Materia', la sección de Ciencia de EL PAÍS, de Tecnología y de Salud. Trabajó diez años como redactora de economía y tecnología en EL PAÍS antes de fundar el diario 'Público' y, en 2012, creó la web de noticias de ciencia 'Materia'. Los fines de semana colabora con RNE y escribe, cuando puede, de ciencia y tecnología.

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