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Autores consagrados siguen atraídos por la fascinación de la poesía

Vázquez Montalbán, Trapiello y Benedetti publican nuevos poemarios

Amelia Castilla

Juan Ramón Jiménez solía decir que los aficionados a este género son pocos pero muy grandes. 'Hace 22 años que escribo poesía y es la parte de mi obra que más estimo, donde más cosas verdaderas hay de mi mismo', asegura rotundo Andrés Trapiello. Rama Desnuda (TusQuets), su nuevo poemario, es el resultado de ocho años de trabajo. El amor, la muerte y el paso del tiempo, temas fundamentales de la poesía universal, presiden también los sesenta poemas de Rama desnuda.

El escritor Félix de Azua suele decir que el novelista es un poeta que quiere ganar dinero. Seguramente sea una declaración que suscriban muchos autores. Manuel Vázquez Montalbán empezó a escribir poemas antes que novelas y siempre se califica como un poeta. Ars Amandi (Bartleby Editores) reúne una selección de la obra poética de este autor realizada entre los años 1963 y 2000, además de varios inéditos. La misma editoral acaba de publicar también en un volumen único El peso de las naranjas & Miner's Pond de Anne Michaels, ilustrado con siete dibujos originales de John Berger. Y Mario Benedetti reaparece, tras ocho años de silencio poético, con El mundo que respira (Visor).

Mercado seguro

Los últimos datos sobre la venta de este género indican que hay un mercado seguro. La facturación literaria, en 1999, fue de 85.000 millones de pesetas de los que 6.800 corresponden a poesía. 'Consagrados como Valente, Gil de Biedma o Claudio Rodríguez siguen vendiendo, pero el mercado ha empezado a consumir la obra de poetas más jovenes como García Montero'.

Antoni Marí, responsable de la colección de poesía de TusQuets, no se sorpende tampoco con las cifras. 'La poesía siempre se ha mantenido en un tono importante pero minoritario', asegura Marí. 'La lírica cumple un papel fundamental. La narrativa española es deudora de las propuestas formales de la Generación del 27. Es la poesía quien abre nuevos caminos literarios y sus planteamientos son asumidos por la cultura general mucho más tarde'.

La colección que dirige Marí - La guinda de la editorial- publica únicamente dos o tres títulos al año y no pretende descubrir a nadie sino convertirse en una plataforma para los poetas consolidados. Su exigencia como director de la colección es que no se pierda dinero. Su opinión es que los libros de poesía llegan a tener un dossier de prensa extraordinario y todas las publicaciones se hacen eco de lo publicado. 'Eso, en cierta medida, ha podido influir en el aumento de ventas de los últimos años', dice. Otro factor a tener en cuentra es que el tiempo pesa menos sobre la poesía que sobre la prosa. 'Un lanzamiento fuerte vende una novela durante unos meses, pero después desaparece de las mesas de novedades y de las librerías y eso con la poesía no ocurre', concluye.

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