La asociación Cicerón denunciará a los padres que le acusan de maltrato en el reformatorio

La asociación Cicerón, que regenta el reformatorio de El Pinar, el único de la región en manos privadas, estudia iniciar acciones legales contra la dirección y la asociación de padres del colegio San Fernando, situado a 200 metros, que ha denunciado ante la fiscalía, el Defensor del Menor y la prensa presuntos malos tratos a jóvenes internos en ese centro.

Estos padres y profesores, contrarios a la ubicación del reformatorio para menores autores de delitos tan cerca de sus aulas, presentaron un escrito a ambas instituciones, en el que, entre otras cuestiones, denuncian que 'por diversas fuentes e informaciones' se han enterado de que internos de El Pinar 'han recibido malos tratos y palizas colectivas para hacer cumplir órdenes'. Aunque no especifican más, señalan que un interno sufrió una paliza el 26 de marzo pasado.

Los padres y profesores de San Fernando también aseguran que El Pinar 'carece de proyecto educativo y de aulas formativas', y se preguntan por qué la directora del centro, Florencia Pozuelo, ha dimitido sólo dos meses y medio después de asumir el cargo.

Pozuelo justifica su marcha 'por razones estrictamente personales' y niega los supuestos malos tratos. 'A cualquier interno que le pregunten podrá corroborar que hay premios y castigos pero nunca golpes', añade. También asegura que en El Pinar, con 40 plazas aunque por ahora hay sólo 16 internos, 'sí existe un proyecto educativo con talleres de informática y restauración de muebles y clases de castellano y matemáticas'.

Pozuelo ha anunciado que presentará una denuncia por calumnias contra el director del San Fernando, Ángel Sabin, quien ha denunciado un supuesto caso de maltrato a un joven del reformatorio. 'Indignada y triste' por esta denuncia, Pozuelo considera que se ha dañado su imagen profesional.

La adjudicación de El Pinar a la asociación Cicerón por parte de la Comunidad estuvo rodeada de polémica al tratarse de una entidad recién creada. La figura de Pozuelo, que fue directora de la cárcel de mujeres de Valencia, se presentó como un aval de que, aunque la asociación fuese nueva, tenía personal experimentado.