El PSOE afirma que Obras Públicas aconsejó a Boadilla el procedimiento que ahora rechaza
El Ayuntamiento basaba la recalificación en un plan general urbanístico anulado por los jueces
En el informe que los servicios jurídicos de la Consejería de Obras Públicas presentaron ayer en la Comisión de Urbanismo se explicaba claramente que la enorme modificación puntual propuesta por el Ayuntamiento choca claramente con el Plan General de Urbanismo vigente en la localidad.
'La modificación está planteando unos objetivos que constituyen o suponen la adopción de nuevos criterios urbanísticos y de una intensidad de ocupación [de terrenos] diferentes a los adoptados por el [vigente] plan general de Boadilla. Con tales consideraciones, la supuesta modificación del planeamiento que se propone debe ser considerada realmente como una revisión del citado planeamiento general', destacan los técnicos regionales.
'Todos los razonamientos y argumentaciones anteriormente expuestos', señalan, 'demuestran la verdadera naturaleza de revisión del planeamiento, que serían igualmente válidos' si en vez de tenerse en cuenta el actual plan general, aprobado en 1977, se aplicase (como pretendía el Ayuntamiento de Boadilla) el de 1991, que fue recurrido y anulado por sentencia judicial. Pues bien, la consejería cree que ni invocando este anulado plan de 1991, que permitía mayores recalificaciones que el de 1977, la modificación propuesta por el Ayuntamiento sería válida.
Y da una razón muy clara: el plan general de 1991 proponía como suelo terciario para todo el pueblo 25 hectáreas, mientras que la modificación que ahora defiende el Ayuntamiento plantea 190 hectáreas ('un incremento ocho veces mayor', advierten los técnicos).
Obras Públicas recuerda que, si se llegase a aprobar la propuesta municipal, Boadilla respondería a 'un modelo territorial distinto del que se adoptó' en el plan general vigente: en vez de ser una localidad residencial, se convertiría en una ciudad de oficinas. La Comunidad reconoce, no obstante, que 'el municipio de Boadilla del Monte ejerce su competencia estableciendo el modelo urbanístico de su preferencia [la citada modificación]', pero recuerda que es el Gobierno regional el 'competente para culminar el procedimiento de elaboración del plan' [la revisión].
Herramienta 'reflexiva'
La consejería que dirige Luis Eduardo Cortés insiste en que una modificación 'no es el cauce procedimental elegido [por la ley] para la transformación sustancial del territorio', sino que esto debe hacerse a través de la revisión del plan general, una herramienta más 'reflexiva', en la cual 'se contemplan muchos más aspectos de forma global y no aisladamente, precisamente por su relación con la estructura general del territorio'.
El portavoz de Urbanismo del grupo parlamentario PSOE-Progresistas, Modesto Nolla, se mostró de acuerdo con la decisión de la Comunidad de anular la modificación del plan general de Boadilla, pero aseguró que 'fue la propia consejería, a través de un escrito fechado el 27 de enero de 1999, la que propuso al Ayuntamiento que modificase el plan'. 'El Ayuntamiento no hizo otra cosa que hacer caso a la Comunidad, que finalmente ha desechado lo que ella misma propuso. En el fondo, todo esto es una gran incoherencia de la Consejería de Obras Públicas', afirmó Nolla.
El diputado socialista mostró también su perplejidad por la desestimación 'precisamente ayer' de la modificación propuesta por el Ayuntamiento de Boadilla: 'Luis Eduardo Cortés tenía que dar mañana [por hoy] explicaciones de esta operación en la Asamblea. ¡Qué casualidad que hoy [por ayer] rechace el proyecto!', apuntó.
El BSCH tenía previsto trasladar todas sus oficinas centrales a este campus. En él se agruparían los centros de investigación, formación y telemática de la entidad bancaria. El complejo iba a contar con campos de deportes, cines, tiendas, zonas verdes, una residencia para empleados en tránsito y, por supuesto, el área puramente profesional.
El Ayuntamiento de Boadilla estaba bastante entusiasmado con esta inversión. Además de los 7.000 empleados que trabajarían en el complejo financiero, se crearían nuevos puestos de trabajo en la localidad (construcción, hostelería, servicios...) y habría un aumento de la demanda de viviendas. El Consistorio nunca negó que esta ciudad bancaria aumentaba las posibilidades del municipio de tener metro en un futuro. Pero, de momento, todo ha quedado paralizado. Boadilla tendrá que redactar un nuevo plan general si quiere ser sede oficial del BSCH. Serán años de trabajo.
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