_
_
_
_

De cooperativistas de la PSV a 'ilegales'

El padre de María Escribano descubrió la Cañada Real Galiana cuando trabajaba como recogedor en un camión de basura. Cerró una parcela y plantó allí sus acelgas y sus patatas. Veinte años después, el lugar se ha convertido en el hogar de su hija María, una mujer de 37 años, y de su familia.

'Mi marido, mis hijos, de ocho y dos años, y yo estamos aquí porque no podemos pagarnos un alquiler. Mi esposo es barrendero sin contrato fijo y yo limpio casas. Nos apuntamos en la cooperativa PSV, pero, como surgieron problemas, sacamos el dinero y hace una década nos vinimos', relata María.

'Cada vez que vamos de compras, como la parada del autobús queda lejos, tenemos que andar cargadas como burros', añade, 'y, si vemos una excavadora, pensamos que vienen a tirarnos la casa'.

Más información
El pueblo del vertedero
Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_