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MILOSEVIC, EN PRISIÓN

Las dos bandas de los cinco

El encarcelado ex presidente de Yugoslavia Slobodan Milosevic no se encuentra sólo con sus problemas ante la justicia serbia y la del Tribunal Penal Internacional de La Haya para los Crímenes de Guerra en la Antigua Yugoslavia (TPI). Junto con Milosevic figuran otros cuatro acusados, así en Belgrado como en La Haya. Sólo uno, Nikola Sainovic, afronta junto con Milosevic las dos acusaciones, la local por malversación de fondos públicos y la internacional por crímenes de guerra.

Las autoridades policiales de Belgrado han levantado acusación contra Milosevic, el ex viceprimer ministro de Yugoslavia y dirigente del Partido Socialista de Serbia (SPS) Nikola Sainovic; contra el ex jefe de los servicios secretos Radomir Markovic; contra el ex jefe de las aduanas Mihalj Kertes y contra el varias veces ex viceprimer ministro de Serbia y Yugoslavia Jovan Zebic. Contra estos cinco ciudadanos la acusación es por abuso de cargo público y asociación con fines criminales. Se estima que defraudaron casi 200 millones de marcos (unos 17.000 millones de pesetas) y unos 1.800 millones de dinares (5.400 millones de pesetas).

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Los dos personajes clave de este rompecabezas criminal son Kertes en lo económico y Markovic por los crímenes cometidos contra adversarios políticos. La detención de Kertes, a los pocos días de llegar al poder la Oposición Democrática de Serbia (DOS), permitió a la policía introducirse en los procelosos caminos seguidos por las transacciones económicas del régimen de Milosevic. Kertes habló ante la policía, pero luego se negó a confirmar sus declaraciones ante el juez. Se especula con la posibilidad de que Kertes declare en el juicio, a cambio de alguna forma de impunidad.

La detención de Markovic se retrasó varios meses por la negativa del presidente Vojislav Kostunica a destituirlo del cargo al frente de los servicios secretos. Markovic maneja los hilos de algunos de los asesinatos políticos más graves cometidos en los últimos años, sobre todo el del periodista Slavko Curuvija y el atentado contra el dirigente de la oposición Vuk Draskovic, en el que murieron en un accidente (todo indica que preparado) cuatro militantes, entre ellos su cuñado, de su Movimiento de Renovación Serbio (SPO).

Las autoridades esperaban que, una vez encarcelado, Markovic declarase y que su testimonio permitiese imputar a Milosevic por asesinato. Nada de eso ha ocurrido. Markovic no abre la boca. Más aún, según reveló a este periódico una fuente del ministerio de Interior de Serbia: 'Durante los últimos meses en el cargo, Markovic tuvo tiempo para destruir toneladas de papeles con posibles pruebas comprometedoras'.

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Ante el TPI, Milosevic se encuentra acompañado en la acusación por crímenes contra la humanidad del ya mencionado Sainovic; del todavía en el cargo de presidente de Serbia Milan Milutinovic, a quien parece haberse tragado la tierra; del ex ministro de Defensa Dragoljub Ojdanic y del ex ministro de Interior de Serbia Vlajko Stojiljkovic, un siniestro personaje compañero de fatigas de Milosevic desde su pueblo de Pozarevac.

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