'La acción policial ha contribuido a la paz en Irlanda y a que el IRA decidiera dejar de matar'
El investigador de la Universidad de Queen en Belfast Rogelio Alonso (Zaragoza, 1970) participó el viernes en el seminario sobre Policía y conflicto político organizado por el sindicato de la Ertzaintza Erne. El mismo día en que ETA asumía en un comunicado el asesinato del ertzaina Iñaki Totorika y colocaba en su diana a los 7.500 agentes de la policía vasca, Alonso habló sobre el papel de la policía norirlandesa RUC en el conflicto irlandés. En breve, quiere volver a Euskadi para presentar su último libro Irlanda del Norte. Una historia de guerra y la búsqueda de la paz.
Pregunta. ¿Hay similitudes entre la deslegitimación que ha sufrido la Ertzaintza entre el mundo radical nacionalista y la de la policía norirlandesa para el movimiento republicano?
Respuesta. Los 13.000 agentes del RUC han desempeñado su función policial en Irlanda del Norte con notables diferentes frente a otros cuerpos policiales del Reino Unido. Ha portado armas, ha estado fuertemente militarizada, ha contado con el apoyo del Ejército británico, unas 17.000 tropas. En el patrullaje, ha necesitado siempre el apoyo del Ejército británico. Para un sector importante de los nacionalistas irlandeses ha sido un cuerpo ilegítimo.
P. ¿Un cuerpo cipayo, como de manera despectiva llama aquí ETA y HB a la Ertzaintza?
R. Desde luego, se la ha percibido como un agente del conflicto, una fuerza unionista. De hecho, la mayoría de sus miembros han sido protestantes, con sólo un 8% de católicos. Y no ha escapado de polémicas como la de los interrogatorios, o de la denominada política de tirar a matar.
P. ¿Cree que la eficacia policial y las medidas policiales han ayudado a traer la paz a Irlanda?
R. Desde luego ha sido un factor muy importante para traer la paz y que el IRA deje de matar. Cuando el IRA declara la tregua no es una organización fuerte.
P. Los nacionalistas vascos no excluyen las medidas policiales, pero no dicen con la boca grande lo que usted acaba de señalar. Y hay quien apunta que la respuesta desde el nacionalismo a Ermua es el Acuerdo de Lizarra.
R. Los dirigentes del IRA dicen que no han sido derrotados militarmente, pero eso es algo baladí si realmente lo que ha sido es derrotado políticamente, como así ha sido. El movimiento republicano ha tenido que ceder en su maximalismo ideológico (reunificación de la isla de Irlanda, aunque no hubiera consentimiento de los unionistas) en favor de una vía intermedia que quizás jamás conduzca a la reunificación. El nacionalismo violento en Irlanda se ha constitucionalizado y acepta de facto la legitimidad de la partición.
P. Justo lo contrario que aquí. De hecho, en su último libro critica la 'tergiversación' que ha hecho el nacionalismo vasco del proceso irlandés.
P. Es que aquí lo que ha pasado es que el nacionalismo constitucional se ha radicalizado para intentar atraer a EH a las instituciones. Si Lizarra hubiera sido una pista de aterrizaje del nacionalismo radical no hubiera importado mucho sus contenidos, pero el problema es que se convirtió en la pista de despegue del PNV. Es un error y, desde luego, no refleja lo sucedido en Irlanda del Norte. No se puede articular un proceso de paz si ETA mantiene sus postulados maximalistas.
P. ¿Qué voluntad cree que tuvo el Gobierno español durante la tregua para acabar con la violencia en el País Vasco?
R. No conozco muy bien todos los pasos que se dieron, ni si hubo o no hubo traslado de presos a Euskadi, si éstos se realizaron a tiempo o de manera tardía. No me atrevería a ser categórico.
P. ¿El adelanto electoral cambiará algo las cosas?
R. Parece claro que la sociedad vasca es muy plural y hay diferentes aspiraciones en ella. El Gobierno vasco es el marco más apropiado para articular y hacer posible la convivencia en una sociedad tan plural. Lo ideal es que la cuestión nacional disminuyera su importancia en el debate político. Pero lo que está pasando en Euskadi es que se está reforzando, frente a prioridades sociales o económicas.
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