Marcos regresa a Chiapas y dice que va 'con las manos llenas'
Fox dice que ha llegado la hora de que México pague su enorme deuda con los indígenas
Dirigiéndose a cientos de simpatizantes enfervorizados, Marcos señaló: 'llevamos las manos llenas de sus manos, y las manos es la figura que suelen tomar los corazones cuando se encuentran'.
'No es el punto de llegada el día de hoy, es el punto de partida para que éste, nuestro querido México, pague la deuda enorme que tiene con 10 millones de hermanos y hermanas indígenas; es el punto de partida para que iniciemos las acciones necesarias para combatir a fondo la pobreza en este país', declaró el jefe del Gobierno, beneficiario de la distensión observada tras la sesión del miércoles. Hasta entonces recibió fuego graneado por su política de concesiones. Su partido, sin embargo, el conservador Partido Acción Nacional (PAN), encajó duras críticas por haberse opuesto en bloque a la cesión de la tribuna de oradores del Congreso al EZLN,aseguró Fox durante la inauguración de un simposio. El comisionado oficial para la Paz, Luis H. Álvarez, y el comandante Germán acordaron sostener nuevos contactos para abordar la certificación del repliegue militar en el Estado sureño, la liberación de presos zapatistas y la aprobación parlamentaria del proyecto de ley sobre cultura y derechos indígenas.
El ordenado desarrollo de la sesión de la Cámara de Diputados, en la que comparecieron encapuchados 23 jefes insurrectos, mereció un generalizado aplauso entre las fuerzas mexicanas y el propio Ejecutivo, confiado en que el arropamiento político ayude al objetivo de conseguir que el EZLN se sume al juego democrático y abandone las armas. Incluso el más acérrimo adversario del zapatismo, Diego Fernández de Cevallos, coordinador de los senadores, dijo que el acto fue 'histórico'. En un comunicado, el PAN admitió que el encuentro acabó siendo 'positivo'. Cevallos, sin embargo, lanzó una carga de profundidad al manifestar que las negociaciones con el EZLN deben abordarse con cuidado, pues Chiapas, dijo, almacena ingentes recursos naturales ambicionados por intereses extranjeros.
La magnitud del desafío por delante atempera, no obstante, las nuevas expectativas de paz y la optimista reacción del jefe del Gobierno. Antes de la formal reanudación del proceso de negociaciones, suspendido durante el Gobierno de Ernesto Zedillo (1994-diciembre de 2000), deberá aprobarse el proyecto de ley sobre autonomía indígena que tradujo los acuerdos de San Andrés Larrainzar, cuyo alcance divide a los principales partidos mexicanos. El refrendo de la iniciativa preparada por la parlamentaria Comisión de Concordia y Pacificación (Cocopa) hace cinco años es improbable en sus actuales términos. Queda por ver la reacción del EZLN a las enmiendas en preparación, ya que advirtió de que únicamente aceptaría aquellas de carácter técnico-jurídico.
El PAN y el Partido Revolucionario Institucional (PRI), que suman 417 de los 500 escaños de la Cámara de Diputados, objetan la redacción original del proyecto por estimar que abre el paso a choques civiles por la propiedad de tierras, y, en el futuro, a la balcanización, a reclamaciones independentistas entre algunas de las 57 etnias nacionales, que agrupan a diez millones de indígenas, el 10% de la población total de México. El discurso de la guerrilla en la Cámara baja fue comedido, positivamente valorado por las fuerzas políticas, y reconoció los esfuerzos pacificadores del presidente, puestos en solfa durante semanas por Marcos. Asimismo pretendió transmitir una imagen de moderación y llegar a la mayoría de los 100 millones de mexicanos a través de la enumeración de problemas e injusticias por todos aceptadas.
Adelfo Regino Montes, portavoz del Congreso Nacional Indígena (CNI), aseguró a los legisladores que los pueblos indígenas, al reclamar autonomía, no pretenden crear nuevas repúblicas. El proyecto de ley persigue, dijo, la dignidad ausente durante siglos y el reconocimiento constitucional del derecho a la diferencia.
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