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Columna
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Lo de la AVL

Esto es una maravilla. Hubo un tiempo en que aquí, en la ciudad de Valencia, había un 'conflicto lingüístico'. De la resolución del mismo dependía poco menos que la salvación cultural y lingüística del pueblo valenciano. El enfrentamiento entre los 'verdaderos valencianos' -los 'valencianos de bien'- amantes de su lengua, la verdadera, y aquellos valencianos 'renegados' que querían imponer una lengua 'extraña', alcanzó niveles memorables por su visceralidad. Nada menos que ¡500.000! valencianos 'de bien' se lanzaron a la calle en defensa de su lengua verdadera frente a la extraña que algunos querían imponerles. El diario Las Provincias publicó al dia siguiente una portada en la que se informaba del evento. ¡500.000! valencianos gritando en favor de su lengua y en contra del invasor. Eran otros tiempos. La entonces directora de Las Provincias, doña María Consuelo Reyna, gran defensora de la lengua 'valenciana' -que por cierto no habla ni escribe, lo cual añade mérito a su defensa- había tenido la santa paciencia de contar uno a uno a los manifestantes hasta constatar la cifra de medio millón. No cabe duda que eran otros tiempos.

Existía un enfrentamiento entre valencianos al que había que dar solución. Y fue precisamente el presidente Zaplana, otro valenciano -de adopción, pero valenciano- que como la Reyna, tampoco habla nuestra lengua, quien se sacó de la manga el remedio milagroso: había que fundar una Academia Valenciana de la Lengua que pusiese fin a enfretamientos y discusiones. Una Academia formada por 21 'cabezas de huevo' en materia lingüística que nos sacase de duda acerca de qué demonios de lengua es la que hablamos los valencianos y cómo debemos escribirla. Después de nuestros Jordi de Sant Jordi, Ausiàs March, Sant Vicent Ferrer, Joanot Martorell, Teodor Llorente, Constantí Llombart, Carles Salvador, Joan Fuster, Vicent Andrés Estellés, Sanchis Guarner, Joan Valls, Jaume Bru, Maria Beneyto, ¡Xavier Casp!, si, ¡Xavier Casp!, etc. etc. es decir, de millares y millares de páginas salidas de la pluma de valencianos de todas las épocas, desde el Siglo de Oro hasta nuestros días, que ahí han quedado escritas y publicadas, después de todo este corpus literario, ahora resulta que debemos esperar a ver si el señor Zaplana, del PP, y el señor Pla, del PSPV, tienen la bondad de ponerse de acuerdo acerca del nombramiento de los 21 'cabezas de huevo' que han de formar la Academia Valenciana de la Lengua para que nos digan cómo hemos de escribir el valenciano.

¡Vaya por Dios! Pero, vamos a ver: ¿es que la tal Academia nos va a imponer, ahora, unas normas ex nuovo con el fin de resolver el llamado 'conflicto lingüístico'?. Pero, ¿qué conflicto? ¿No ven que en cuanto se acabó la manipulación fascistoide de aquella directora nefasta de Las Provincias, mintiendo y alentando la confrontación entre los valencianos, con el único fin de dar satisfacción a su fobias y miserias personales, el conflicto ha desaparecido como por encanto? En fin: allá ustedes los políticos que quieran seguir jugando a esta broma de la Academia. Si no tienen otras ocupaciones mas productivas y necesarias para mejorar la vida de los valencianos....

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