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Los aspirantes a soldado profesional son sólo la mitad de los de 2000

Defensa amplió ocho días el plazo de presentación de solicitudes

Miguel González

Las Fuerzas Armadas tuvieron 0,69 aspirantes por plaza en la primera convocatoria del año 2000, mientras que ahora cuentan con más de un candidato por puesto. Sin embargo, esta proporción es engañosa, pues entonces se convocaron 17.500 plazas y ahora la oferta ha sido mucho más modesta: sólo 5.500. Pero el objetivo a final de año es el mismo: aumentar en 17.500 la cifra de nuevos soldados y marineros profesionales, lo que en 2000 no se consiguió. Y este año parece aún más difícil, teniendo en cuenta que ahora se han presentado algo más de 6.000 aspirantes, frente a los 12.235 de entonces.

Aun no hay datos definitivos debido a que el plazo de presentación de instancias se prolongó ocho días, hasta el pasado jueves. EL PAÍS informó el 14 de marzo de que muchos de los últimos reclutas forzosos no podrían acogerse a la oferta de firmar durante un año como soldados profesionales a cambio de 1.200.000 pesetas, presentada públicamente por Federico Trillo-Figueroa tras el Consejo de Ministros del viernes anterior, pues el plazo para solicitarla acababa ese mismo día y no incluía a quienes hicieran la mili en el Ejército del Aire. El mismo 14 de marzo el subsecretario de Defensa, Víctor Torre de Silva, firmó una resolución (publicada en el BOE del día 16) por la que ampliaba esta oferta al Ejército del Aire y prolongaba el plazo de presentación de instancias hasta el 22 de marzo.

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En los escasos resultados cosechados por la primera convocatoria de 2001 pueden haber influido factores coyunturales, como la alarma producida por el denominado síndrome de los Balcanes, pero responde a una tendencia que se viene agudizando desde hace años.

Por eso, Trillo-Figueroa ha multiplicado en los últimos días los anuncios de medidas tendentes a estimular el ingreso y permanencia en las Fuerzas Armadas de los soldados profesionales. A la oferta dirigida a los últimos quintos han seguido otras dirigidas a los hijos de emigrantes (a los que se pagará el viaje de regreso a España si ingresan en el Ejército), a las mujeres (a las que se ofrecen facilidades para el cuidado de los hijos, mediante la instalación de guarderías en los cuarteles, o destinos más cómodos durante el periodo de lactancia) y a los inmigrantes (que podrían acceder a la nacionalidad española tras un periodo de servicio en filas).

La medida más inmediata será el envío de cartas, a través de los consulados, a los casi 20.000 españoles de entre 18 y 27 años que residen en Argentina y Uruguay. Pero la más esperada es el anunciado incremento retributivo de los soldados y marineros profesionales, que Trillo-Figueroa se ha comprometido a que sea realidad a partir del próximo 1 de julio.

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Sobre la firma

Miguel González
Responsable de la información sobre diplomacia y política de defensa, Casa del Rey y Vox en EL PAÍS. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) en 1982. Trabajó también en El Noticiero Universal, La Vanguardia y El Periódico de Cataluña. Experto en aprender.

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