El Arzobispado cree que las obras de arte de las clarisas de Xàtiva se encuentran en Canals
La curia se niega por el momento a desvelar el destino actual de las más de doscientas piezas de arte del convento de Santa Clara a pesar de que algunos miembros de la misma aseguraban ayer que con toda probabilidad se encontraban en otro convento de la orden sito en la población de Canals. Un extremo que no quisó confirmar ni desmentir ayer sor Rosa Álvarez, priora del convento que la orden tiene en la pequeña población de la comarca de La Costera.
El padre José María Ciller, vicario delegado por el Arzobispado de Valencia para negociar con las clarisas el destino final de las obras de arte, mantenía ayer el mismo mutismo sobre el destino de las piezas entre las que se encuentra una de las más importantes colecciones de la Comunidad de indumentaria religiosa del siglo XVIII. 'Estamos', aseguró Ciller, 'delante de un proceso de supresión del monasterio, que tiene su ritmo. En breve el arzobispo de Valencia, Agustín García-Gascó se reunirá con Sor Mascaró, superiora federal de las Clarisas Franciscanas y con el representante de la Santa Sede que las asiste, el padre Juan Oliver. Durante esa reunión el Arzobispado tratara el tema de las obras de arte y otros aspectos'. Ciller, pidió a los representantes políticos 'calma y respeto' y lamentó que algunos medios de comunicación llegaran a asegurar que el Arzobispado pensaba incluso querellarse contra la orden religiosa por el traslado repentino de su patrimonio en Xátiva dando a entender que las religiosas habían actuado de mala fe. Más contundente fue ayer el vicario episcopal territorial, José Antonio Varela, que acusó a la prensa de tergiversar los hechos y que aseguró que 'aún quedaba por decidir qué era de Xàtiva y qué pertenecía a las religiosas', en una clara alusión a las obras de arte. Unas obras que según la Ley de Patrimonio Valenciana de 1985 no pueden abandonar la Comunidad.
Lo cierto es que la repentina decisión la semana pasada de las religiosas de clausurar el convento pilló desprevenida a la curia e incluso a los responsables de la exposición de los Borja en Xátiva a los que una 'mandadora' del convento les reclamó la semana pasada un cáliz de la infanta Violant d'Aragó, pieza cedida por las religiosas para la exposición. Otro de los sorprendidos fue el abad de la Seu de Xátiva, Arturo Climent Bonafé, que habría negociado con las religiosas durante el año pasado la cesión de las 240 piezas de arte del convento ante la posibilidad de su cierre. Mayor fue al parecer el disgusto del arzobispo de Valencia, al enterarse por terceras personas del cierre de Santa Clara ya que la orden, que depende directamente del Vaticano, tiene la obligación canónica de avisar de un asunto como éste al Arzobispado.
La extinción de Santa Clara era un hecho cantado después que la muerte de tres religiosas durante el año pasado, entre ellas la abadesa, dejara la comunudad con sólo cinco monjas. Las religiosas empezaron entonces un debate sobre la sucesión en el convento y sobre el futuro de la comunidad que acabó con el envío a Santa Clara, por orden de la superiora de la orden afincada en Palma de Mallorca, de una administradora con el objetivo de calmar los ánimos de las monjas. Después del cierre del convento y aún a día de ayer, nadie pudo confirmar cuántas monjas quedaban en Santa Clara y cuantas podrían estar ya en Canals o en algun otro convento. La priora, Rosa Alvárez, persona que ha tomado las riendas del asunto se limitó a decir que 'las religiosas no estarán en el mismo sitio'.
Por otra parte, el consejero de Cultura, Manuel Tarancón afirmó ayer que el retorno de las obras a Xàtiva se produciría por la 'vía del diálogo', mientras que Alfonso Rus, alcalde de la capital de La Costera, calificaba de 'arbitraria' la decisión de las religiosas de Santa Clara de trasladar su patrimonio.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.