Otra crisis en los Balcanes
Una vez más una pequeña nación de los Balcanes está a punto de sumirse en una guerra étnica total; una vez más EE UU está evitando verse involucrado. (...) En 1991, la primera Administración Bush eludió el problema de la desintegración de la entonces Yugoslavia; en 1993, la Administración Clinton consideró que Bosnia era un problema europeo; en 1998, de nuevo evitó reaccionar ante el estallido de la sangrienta campaña serbia contra los albaneses en Kosovo. En cada caso, la pasividad contribuyó a inflamar una guerra que, finalmente, después de meses o años de mortandad, forzó la intervención norteamericana en una escala mucho mayor de lo necesario si se hubiera detenido la crisis desde el principio. Una vez más, la Administración Bush parece que va a cometer el mismo error.
Macedonia (...) es diferente de sus vecinos Serbia o Kosovo. Está dirigida por un Gobierno democrático que ha sido un aliado occidental, y la minoría albanesa está representada en su Parlamento. Pero la mecha es la misma: un grupo armado, esta vez compuesto por albaneses, ha declarado la guerra étnica contra la mayoría, en este caso macedonios eslavos. (...) El Gobierno macedonio está pidiendo la ayuda occidental. (...) La lección de la pasada década es clara: la estabilidad del sureste de Europa es una cuestión importante para EE UU. (...) Las dos Administraciones estadounidenses anteriores aprendieron esta lección de una forma complicada. La de Bush no debería ser la tercera.
Washington, 21 de marzo
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