Profesores y alumnos de la UPV se plantan ante un acto por los presos

Miles de ciudadanos participaron ayer en las concentraciones silenciosas convocadas en toda España para condenar el asesinato, la víspera, del teniente de alcalde de Lasarte, el socialista Froilán Elespe Inciarte. Buena parte de los profesores, alumnos y personal de administración que se reunieron en silencio en el campus de Leioa de la Universidad del País Vasco (UPV) dieron espontáneamente la espalda a una concentración que celebraban en el mismo lugar unos 40 jóvenes en demanda del reagrupamiento en Euskadi de los presos de ETA.

Anteayer los vecinos de la víctima dirigieron duros reproches e insultos a los concejales de Euskal Herritarrok durante el pleno extraordinario celebrado horas después del atentado para condenarlo. Los abertzales se negaron a hacerlo pese a la buena relación que le unía a esos ediles, según la alcaldesa Ana Urchueguía, quien señaló que uno de ellos conocía a Elespe desde hace más de 30 años y habían hecho la mili juntos.

Unas 350 personas participaron en la concentración del campus de Leioa encabezada con una pancarta de Gesto por la Paz con el lema '¿Por qué no la paz? Zergatik ez bakea?' También se realizaron concentraciones en otros campus universitarios. El príncipe Felipe guardó un minuto de silencio en Madrid en memoria de Elespe acompañado por el defensor del Pueblo, Enrique Múgica, durante su visita a la sede de esta institución.

El lehendakari, Juan José Ibarretxe, y parte de su Gabinete expresaron su repulsa ante la sede del Gobierno en Vitoria. El Parlamento vasco acogió otra concentración en la que participaron su presidente, Juan María Atutxa; el ex lehendakari José Antonio Ardanza y la madre del ertzaina Jorge Díez, asesinado por ETA en febrero de 2000 junto al parlamentario socialista Fernando Buesa. La viuda del ex gobernador civil de Guipúzcoa Juan María Jáuregi, Maixabel Lasa, guardó silencio en San Sebastián y el presidente del PNV, Xabier Arzalluz, lo hizo ante la sede de su partido en Bilbao.

El Congreso y el Senado también acogieron actos de repulsa y numerosas ciudades de toda España acogieron concentraciones en las que participaron diversas autoridades.