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Bush aclara a Sharon que no resucitará el proceso de paz

En su primer encuentro en la Casa Blanca con Ariel Sharon, George W. Bush pidió ayer que Israel suavice el cerco militar y económico que asfixia a los territorios autónomos palestinos. Pero el presidente de EE UU accedió a la petición de su anfitrión e hizo un enérgico llamamiento para que Yasir Arafat 'dé los pasos necesarios para terminar con el actual ciclo de violencia'.

Bush y el secretario de Estado, Colin Powell, dejaron claro que EE UU no tiene ahora ninguna iniciativa concreta que proponer a las partes. Powell empleó una catarata de expresiones para subrayar este mensaje. EE UU, dijo el secretario de Estado, 'no tiene una fórmula mágica' ni tampoco el 'monopolio de la sabiduría'.

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Tema:: Oriente Próximo, 50 años de lucha

Resucitar el proceso de paz en Oriente Próximo no es la prioridad en esta región de Bush y su equipo, más interesados en apretarle las tuercas al líder iraquí Sadam Husein. Marcando un cambio radical de actitud respecto a Bill Clinton, Powell señaló: 'EE UU está dispuesto a asistir, no a insistir. Sólo las partes interesadas pueden determinar el ritmo, alcance y contenido de cualquier negociación'.

Entre el lunes y ayer, Sharon se reunió en Washington con Bush, Powell, el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, la consejera nacional de Seguridad, Condoleeza Rice, y el director de la CIA, George Tenet. A todos les repitió lo mismo: 'Arafat y la Autoridad Palestina vuelven a creer que pueden derrotar a Israel a través de la lucha armada. Están dispuestos a desestabilizar todo Oriente Próximo, incluidos los regímenes árabes moderados'. En una intervención ante líderes judíos norteamericanos, Sharon, el halcón implicado en las matanzas en 1983 en los campamentos de refugiados palestinos de Sabra y Shatila, en Líbano, declaró el lunes: 'Los palestinos se equivocan cuando creen que la violencia puede producir nuevas concesiones israelíes'. Lo notable es que fue la visita de Sharon a la Explanada de las Mezquitas, en Jerusalén, lo que desencadenó la segunda Intifada palestina, que ya dura medio año. Sus anfitriones estadounidenses le dieron la razón en pedir el fin de las protestas. 'Ante todo, la violencia debe terminar, la violencia es un callejón sin salida', declaró Powell. 'El presidente quiere asegurarse de que los palestinos adoptan medidas para terminar con la violencia', afirmó Ari Fleischer, portavoz de la Casa Blanca.

[Las autoridades municipales de Jerusalén aprobaron ayer la construcción de casi 3.000 nuevas viviendas en Har Homa, en las afueras de la ciudad, informa Reuters. La decisión indignó a las autoridades palestinas, que han advertido de que generará más violencia].

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