Una crisis que devora Gobiernos
La crisis ha devorado en menos de tres semanas entre otros altos cargos a dos ministros de Economía, tres miembros del Gabinete y dos secretarios de Estado. Pero lo más alarmante es que el liderazgo del presidente Fernando de la Rúa, que apenas lleva 15 meses en el poder, ha quedado en entredicho.
De ser recibido como la gran esperanza de muchos argentinos cansados de una década de menemismo, De la Rúa aparece hoy como un líder sin capacidad de conducción, que avanza y retrocede sobre sus pasos con la misma facilidad que quema ministros. La irrupción en el Gobierno de un político del empuje de Domingo Cavallo contrasta con la imagen de un presidente que languidece.
Argentina entró en un torbellino donde las declaraciones de la mañana quedaban desmentidas por los hechos del mediodía, y donde las promesas de la tarde se habían desvanecido al caer la noche. Hace 15 días, Ricardo López Murphy asumió la cartera de Economía entre la euforia de los mercados y de la Bolsa, que subió ocho puntos en un día.
Todo pintaba de color de rosa para afrontar el déficit galopante del endeudado Estado argentino: un ministro capaz, rodeado de un equipo de buenos tecnócratas que contaban con el pleno respaldo del Fondo Monetario Internacional (FMI), se puso a trabajar desde el primer día en un ambicioso plan de ajuste.
El espejismo duró poco. Desde las primeras filtraciones sobre algunos detalles del proyecto de López Murphy se desató una ola de rechazo, de la que formaron parte políticos de la Alianza gubernamental, de la oposición peronista y de organizaciones sindicales. El vendaval arreció cuando López Murphy dio a conocer el conjunto de sus propuestas.
Sin casi dejarle respirar, algunos sindicatos ya habían convocado una huelga general y los principales caudillos del Partido Justicialista (PJ, peronista) anunciaban su veto en el Parlamento. En las filas de la coalición gubernamental la situación no era más alentadora: un sector de la Unión Cívica Radical, partido mayoritario de la Alianza, y el Frepaso (frente que aglutina a grupos socialdemócratas y ex peronistas), rechazaron el plan por considerarlo dañino para los intereses populares, especialmente en lo referente a los recortes en educación.
Ante la envergadura del rechazo político y social al plan de ajuste, el presidente De la Rúa convocó a la clase política a un Gobierno de unidad nacional, repitió que López Murphy estaba confirmado en su puesto, y contactó con el ex ministro Domingo Cavallo para su incorporación al Gabinete. El lunes, De la Rúa viajó a Santiago con López Murphy para ratificar ante la Asamblea del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) que todo estaba en orden en Argentina.
Destacados líderes de la región dieron su respaldo al plan de ajuste. El presidente argentino llegó a decir que López Murphy y Cavallo eran compatibles en un mismo Gobierno, porque había que aunar esfuerzos por el bien del país. Pocas horas después, la realidad le desmentía.
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